Un vecino de Carral figura entre las 45 víctimas españolas del siniestro

Un exempleado de la firma coruñesa Inditex, el catalán Josep Sabaté Casellas, que esperaba el nacimiento inminente de cuarto hijo, es una de las 45 víctimas españolas del accidente ocurrido ayer en Francia. Sabaté, que trabajaba para la firma alemana Esprit desde julio de 2014, mantenía su residencia en A Coruña, en concreto en Carral –en la parroquia se Sesmonde–, donde viven su mujer y sus tres hijas.
Su esposa se encontraba en avanzado estado de gestación, motivo por el cual decidió no coger ese vuelo con su marido.
Desde septiembre de 2009 hasta su fichaje por Esprit, había trabajado para Inditex en Arteixo, primero como responsable de salud y seguridad de producto de Zara Niño y, desde diciembre de 2011 como responsable de salud y seguridad de producto en Zara para señora, caballero y niño. Sabaté se había diplomado en ciencias empresariales en la Universitat Autónoma de Barcelona y también sacó el título de ingeniero técnico industrial en la rama textil en la Universidad Politécnica de Catal.

Montespiño
Sus tres hijas están matriculadas en el colegio Montespiño, que precisamente ayer emitió un comunicado para expresar sus condolencias por el trágico accidente y expresar que “se une al dolor de la familia de Josep Sabaté Casellas”. Además, el centro educativo anunció que hoy a las 10.30 horas se celebrará una misa por todos los afectados y sus familiares y amigos. El colegio se unirá también al minuto de silencio convocado en toda España para las 12.00 horas.
Por otro lado, los 16 alumnos y dos profesores de un colegio alemán que habían participado en un intercambio escolar en un instituto de Llinars del Vallés (Barcelona) y que se encuentran entre las víctimas del accidente estuvieron a punto de perder el vuelo. Fue por culpa de una alumna que olvidó su documentación en la casa de acogida, como lo explicaron alumnos del Instituto de Educación Secundaria Giola de Llinars del Vallés, que compartieron la última semana con los estudiantes de intercambio procedentes de la localidad alemana de Haltern am See. Los estudiantes alemanes, de 15 y 16 años de edad, habían tomado el avión por la mañana desde el aeropuerto barcelonés de El Prat, después de haber abandonado horas antes en tren la localidad de Llinars del Vallés, y los alumnos y familiares que los habían acogido les habían acompañado a la estación para despedirse de ellos.
Según relataron los estudiantes de Llinars, los alumnos estuvieron a punto de perder el avión, dado que una de las alumnas alemanas había descuidado su cartera en la casa de acogida.

documentación
“Una de las chicas alemanas se había dejado toda la documentación en la casa de acogida, pero para no retrasar al grupo la familia que la acogía la llevó al aeropuerto y pudo embarcar”, aseguró Anna García, estudiante de tercero de ESO.
García es estudiante de la asignatura optativa de lengua alemana y el año que viene tenía previsto integrarse en el programa de intercambio con alumnos alemanes, pero ahora cree que la experiencia puede verse interrumpida por el trágico accidente. “El profesor de alemán está muy afectado por la noticia, pero dice que tiene que aguantar por los alumnos, pero lo está pasando mal”, añadió Mar Belmonte, alumna del mismo curso.
Las jóvenes explicaron que el instituto prevé realizar hoy un acto en memoria de las víctimas, una celebración que tendrá carácter privado y que durará unos 15 minutos.
Mientras, una mujer de Jaca (Huesca) de 37 años, M.B.L.B, y su bebé de siete meses se encuentran también entre las presuntas víctimas del accidente del avión caído en los Alpesf.
Fuentes próximas a la familia de la fallecida aseguran que la mujer se había desplazado unos días antes desde su localidad de residencia en Manchester (Gran Bretaña) para asistir al funeral de un tío próximo en Zaragoza.
La mujer, al no poder encontrar un vuelo directo a Manchester, había optado por realizar un enlace que le había llevado a coger el vuelo desde Barcelona hasta la población alemana de Dusseldorf.