Italia prosigue con el rescate de inmigrantes y asiste a la enésima tragedia

Italia prosigue con el rescate de inmigrantes y asiste a la enésima tragedia
Fotografía facilitada hoy, martes 5 de mayo de 2015, por la empresa naviera estatal polaca "Polish Ocean Lines", en la que se muestra a varios inmigrantes nadando durante una operación de rescate en el mar Mediterráneo, el 3 de mayo d

El flujo de inmigrantes que llega a Italia parece no menguar y hoy se supo, por testimonios de algunos supervivientes, que unas 40 personas pudieron morir en alta mar justo cuando iban a ser rescatados.

Inmigrantes recientemente rescatados en aguas del Mediterráneo refirieron a la ONG Save the Children que cuarenta personas que viajaban en el mismo bote que ellos cayeron al mar y se ahogaron antes de ser asistidos por las autoridades marítimas.

La portavoz de esta organización no gubernamental, Giovanna di Benedetto, dijo a Efe que varios de los inmigrantes llegados anoche al puerto siciliano de Catania afirmaron que "decenas de inmigrantes" se ahogaron en circunstancias todavía no aclaradas.

Según varios testimonios, el accidente se produjo cuando una de las dos lanchas neumáticas en las que viajaban "se deshinchó o reventó y muchos de ellos cayeron al mar y se ahogaron al no saber nadar".

Se trata de una nueva tragedia sin confirmación aún, lo que comienza a ser habitual en Italia, cuya Marina recuperó durante el fin de semana los cadáveres de otros diez indocumentados de los cuales siete no fueron hallados en el mar sino en los propios botes en los que viajaban.

Al parecer estas personas perdieron la vida por las penurias que vivieron tanto durante la travesía como en los momentos previos al embarque, obligados a permanecer encerrados y en pésimas condiciones a la espera de la salida de su bote.

Además otros tres perdieron la vida después de arrojarse al mar para tratar de llegar a la embarcación que se estaba acercando para prestarles auxilio, un suceso que se produjo a 35 millas de la costera ciudad libia de Zhuwara.

La llegada del periodo estival y el consecuente buen tiempo en alta mar sirven de alicientes para miles de inmigrantes que esperan comenzar su trayecto desde las costas de Libia hasta Italia, es decir, Europa, ya que muchos de ellos no se detienen en el país transalpino sino que comienzan en él un periplo hacia el continente.

En los últimos tres días han llegado a puerto italiano más de 7.000 personas, entre ellas "Gift" o "Francesca Marina", la pequeña nacida a bordo de una nave de las autoridades marítimas italianas después de que su madre fuera salvada.

Las imágenes de esta recién nacida, hija de una mujer de nacionalidad nigeriana, ha conmocionado a la opinión pública y ya se ha convertido en todo un símbolo de esperanza ante el drama de la inmigración.

Debido a esta avalancha de personas, el Ministerio del Interior ha emitido una circular en la que insta a los delegados del Gobierno repartidos por todo el país a buscar alojamiento para entre 8.000 y 9.000 inmigrantes, lo que equivale a cien por cada provincia.

Exenta de esta petición está la isla meridional de Sicilia que afronta cotidianamente la mayor parte del peso de la hospitalidad a los extranjeros.

El objetivo del ministerio es el de equilibrar la presencia de inmigrantes y refugiados en todo el país y tratar de difuminar las actuales desigualdades entre las regiones septentrionales y las del sur como Apulia, Calabria o Sicilia, prácticamente colapsadas.

Además de la circular, el titular Angelino Alfano ha convocado el jueves una reunión con los gobiernos regionales y con la Asociación Nacional de Ayuntamientos de Italia para tratar este delicado tema, más sensible si cabe ante las próximas elecciones municipales, el próximo 31 de mayo.

Entre las regiones más reticentes está Lombardía, con capital en Milán (norte), cuyo presidente, Roberto Maroni, de la xenófoba Liga Norte, ya ha desvelado su negativa a acoger más inmigrantes.

Por otro lado, hoy se supo que cerca de 150 de los 675 inmigrantes que llegaron el lunes al puerto de Augusta han sido aislados por las autoridades sanitarias por un caso de supuesta varicela o sarna.

El Grupo de Investigadores para la Lucha contra la Inmigración Clandestina (Gicic) ha determinado que la propagación de la enfermedad se produjo en su estancia en Libia, donde estas personas permanecieron "encerrados en cobertizos, con pocos víveres y maltratados" por las mafias.

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