Francia refuerza la seguridad tras el atentado entre las críticas de dejadez

Francia refuerza la seguridad tras el atentado entre las críticas de dejadez
JW4 SAINT-QUENTIN-FALLAVIER (FRANCIA) 26/06/2015.- Fotografía facilitada por el Ministerio del Interior francés que muestra la llegada de los bomberos, los servicios sanitarios y la policía al polígono industrial de la localida

El Gobierno de Francia reforzó ayer la seguridad en los lugares “sensibles” de la región de Rhone-Alpes, al este del país, donde ayer tuvo lugar el atentado de tintes salafistas que se cobró la vida de un empresario y causó daños materiales en una planta química.
Al tiempo, el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, salió al paso de las críticas que algunos sectores de la oposición virtieron sobre el Ejecutivo en el sentido de que no combate el terrorismo en el país con suficiente determinación.
Al término de un Consejo de Defensa reunido por el presidente francés, François Hollande, el segundo en dos días, con el que el Gobierno quiere demostrar que está movilizado en la lucha contra el terrorismo, Cazeneuve indicó que nunca Francia estuvo sometida a un nivel tan elevado de riesgo de atentados, pero defendió las medidas tomadas por el gabinete para combatirlo.
En concreto, el titular de Interior se refirió a la ley aprobada la semana pasada y que refuerza la capacidad de los servicios secretos para intervenir conversaciones y la información que circula por internet.
Según Cazeneuve, quien compareció tras la reunión que mantuvo con Hollande y sus colegas de Defensa, Exteriores, Justicia y Ecología y Transportes, ello es clave para perseguir a los terroristas, incluidos a los de baja intensidad, como Yashim Salhi, principal sospechoso del atentado de ayer.
Este empleado de una empresa de paquetería, de 35 años y padre de cuatro hijos, decapitó a su jefe antes de tratar de hacer saltar por los aíres una planta química de Saint-Quentin-Fallavier, a pocos kilómetros de Lyon, tercera ciudad en importancia del país.
Arrestado cuando trataba de abrir bombonas de acetona para provocar una gran deflagración, Salhi pasó la jornada en dependencias de la policía de Lyon y se mostró poco cooperativo, según algunos medios.
Permanecieron arrestadas también su esposa y su hermana, detenidas poco después del atentado, mientras que un cuarto arrestado fue liberado ayer.
Los servicios secretos ya habían vigilado a Salhi entre 2006 y 2008 por sus vínculos con medios radicales, que volvieron a detectar de forma puntual entre 2011 y 2014. Este atentado, la primera decapitación registrada en Francia, provocó numerosas críticas a la acción del Ejecutivo.
“Desde hace semanas venimos pidiendo al Gobierno que tome las medidas indispensables para la protección de nuestros compatriotas”, dijo el expresidente conservador Nicolas Sarkozy, líder del principal partido de la oposición.
Algo más de cinco meses después de los atentados contra la revista satírica “Charlie Hebdo” y un supermercado judío en París, en los que murieron una veintena de personas, la líder ultraderechista Marine Le Pen denunció que “no se ha hecho nada”.
“Todos los extranjeros sospechosos de fundamentalismo islamista deben ser expulsados lo antes posible del territorio”, exigió Le Pen. Ajenos a la polémica política, los residentes del barrio de Marrnniers, cerca de Lyon, donde vivía la víctima, guardaron un minuto de silencio.

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