Francia exige saber si Estados Unidos mantiene todavía el espionaje a sus dirigentes

Francia exige saber si Estados Unidos mantiene todavía  el espionaje a sus dirigentes
12 febrero 2014 página 34 WASHINGTON (ESTADOS UNIDOS), 11/02/2014.- El presidente estadounidense Barack Obama (izda) saluda a su homólogo francés François Hollande durante la ceremonia de bienvenida en la Casa Blanca, en Washi

En una reacción airada pero que parece lejos de distanciar a dos firmes aliados, Francia exigió ayer a Estados Unidos una explicación por el espionaje a los tres últimos presidentes franceses y, sobre todo, conocer si mantiene las escuchas.
La noticia trascendió en la noche del martes, cuando el diario “Libération” y la web “Médiapart” revelaron documentos obtenidos por Wikileaks que demuestran que Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande fueron objeto de escuchas al menos desde 2006 hasta mayo de 2012.
El momento elegido para la exclusiva no es casual: como “Libération” recordaba en su editorial, coincidía con la votación ayer en el Parlamento francés de la nueva ley sobre los servicios de inteligencia, que exonerará al espionaje de la supervisión judicial y que fue muy criticada desde la izquierda.
Tampoco parece coincidencia el telón de fondo de estas nuevas revelaciones: las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos.
Tras las revelaciones en octubre de 2013 sobre el espionaje estadounidense a la canciller alemana, Angela Merkel, no quedaban dudas sobre la amplitud del programa de escuchas de EEUU en suelo europeo, por lo que las autoridades francesas enfocaron ayer su respuesta a la noticia a verificar si esas prácticas han terminado.
Hollande conversó durante quince minutos con el presidente estadounidense, Barack Obama, quien reiteró su compromiso de acabar con las prácticas de espionaje “que pudo haber en el  y que eran inaceptables entre aliados”, según dijo el Palacio del Elíseo en un comunicado.
De acuerdo con la versión francesa, el diálogo entre los dos jefes de Estado sirvió para examinar “los principios que deben regir las relaciones entre aliados” en materia de servicios secretos.

movimientos diplomáticos
Dentro de su batería de movimientos diplomáticos, París anunció el envío a Washington del coordinador de los servicios de inteligencia, Didier Le Bret, y convocó a la embajadora de EEUU en París, Jane D. Hartley.
El ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, exigió a la embajadora “respuestas rápidas” sobre si las escuchas han cesado, y consideró “inaceptables” estas prácticas, “más aún viniendo de un país aliado y amigo como son los Estados Unidos”.
Muy cerca del Palacio del Elíseo y del Quai d’Orsay –sede de la diplomacia francesa– se hallaba, según las revelaciones periodísticas, el epicentro del espionaje: la misma Embajada estadounidense.

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