La rama afín al Estado Islámico (EI) en el este de Libia asumió ayer la autoría de un triple atentado que segó la vida de medio centenar de personas y que tuvo como objetivo los intereses del Gobierno internacionalmente reconocido, establecido en Tobruk. El EI dijo que el atentado, perpetrado con tres coches bomba, fue obra de dos terroristas suicidas, cuyas fotos fueron divulgadas.
Según los yihadistas, el objetivo de los ataques fueron posiciones del general sublevado Jalifa Hafter, un antiguo héroe de la guerra en Chad del Ejército del fallecido Muamar al Gadafi, que años después se convirtió en uno de sus principales opositores.
La rama del EI en Libia le acusa de haber ofrecido a la aviación egipcia información valiosa para los bombardeos que realizó esta semana contra diferentes edificios de la ciudad de Darna, bastión del Estado Islámico en el este de Libia.
Los bombardeos, que causaron al menos siete muertos, fueron lanzados en represalia por la difusión días antes de un vídeo en el que se mostraba como verdugos del EI ejecutaban a una veintena de obreros coptos cerca de la ciudad costera de Sirte, en el centro de Libia.
Beneficiados por la anarquía y el vacío de poder que sufre Libia, yihadistas procedentes de los estados vecinos han logrado hacerse con el control de Darna y establecer allí una franquicia del EI.
Integrados por radicales tunecinos, egipcios, libios y argelinos que han viajado a Siria e Irak y han regresado con entrenamiento y experiencia en combate, esta rama del Estado Islámico avanza hacia ciudades de la costa, como Sirte, en cuyas calles ya están patrullando.
Por otro lado, al menos siete soldados del Ejército iraquí murieron ayer en combates con el Estado Islámico, que además hizo explotar una mezquita suní, en la provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad.
Siete efectivos militares perecieron y otros cinco resultaron heridos en enfrentamientos con el EI cerca de Yuba, sin que haya confirmación sobre el número de víctimas entre los yihadistas.