Un retiro budista en pleno rural ourensano

Un retiro budista en pleno rural ourensano
En pleno rural ourensano, en Ventoselo, en el municipio de San Amaro, existe una casa-monasterio budista dedicada a la meditación y a la enseñanza, una sorpresa muy poco predecible. EFE

En pleno rural ourensano, en Ventoselo, en el municipio de San Amaro, existe una casa-monasterio budista dedicada a la meditación y a la enseñanza, una sorpresa muy poco predecible.

Fue en la primavera de 2011 cuando esta aldea prácticamente abandonada recibió una visita inesperada, la del lama Gueshe Tenzing Tamding, que llegaba para comenzar las obras y establecer allí este retiro budista.

Ya en 2008, uno de sus discípulos -actualmente coordinador de este centro, y director del de Vigo- Tito Barreiro, había puesto sus ojos en la zona por cumplir los requisitos de "naturaleza y silencio" manifestados por el lama para construir unas instalaciones de este tipo.

Ahora, dos años después, el Gueshe-La explica a EFE en esta casa ya restaurada y única en Galicia, por qué escogió este lugar. Tras meditar en él descubrió "su buena energía", además de ser un sitio "tranquilo y sin ruidos" óptimo, por lo tanto, para la meditación".

Desde hoy jueves y hasta el próximo domingo, más de 70 personas se reunirán en este enclave para recibir las enseñanzas del lama. Los asistentes llegan de todos los puntos del mapa "España, Tíbet, Estados Unidos, Ecuador o Bulgaria", son algunos de los países que enumera Barreiro.

No es para menos, dada la trayectoria de Gueshe Tenzing Tamding. Nació en el Tíbet, en la provincia de Kham en 1965, y con 3 ó 4 años "ya sentía gusto por el budismo y deseo de convertirse en monje", explica.

Pero no fue hasta los 12 años cuando obtuvo la autorización de su madre y se fue exiliado a India para formarse, debido a la situación que se vivía en el Tíbet, en donde, tras la invasión China se prohibieron las prácticas religiosas.

Haciendo un paréntesis en su biografía para pensar en la situación actual del Tíbet, Gueshe Tenzing Tamding afirma que "está mejor que en el pasado con Mao Tse-Tung".

Asimismo explica que "cuando Mao murió se abrió un poco más, pero a día de hoy la realidad es que no hay libertad religiosa".

Retomando la historia de su marcha del Tíbet, cuenta que caminó "durante dos meses en grupo por caminos peligrosos entre montañas" por un trazado en el que varios perdían la vida al despeñarse o sufrían graves heridas (aunque ninguno de su grupo), cruzando las montañas del Himalaya hasta Nepal.

Tras tomar los votos de monje, el ahora Gueshe-La continuó sus estudios. Cuando terminó esta parte de su formación, a partir de 1993 estuvo cinco años recorriendo Asia (Singapur, Japón, Corea). Los siguientes ocho años los pasó en Estados Unidos. Fue en 2002 cuando llegó a España.

En todo ese tiempo ha difundido las enseñanzas budistas. Así, en el curso de estos días tratará sobre las "cinco grandes ciencias del conocimiento budista".

La primera de ellas, llamada "cognición válida", explica cómo "a través de la lógica uno puede desarrollar sus pensamientos positivos como el amor o compasión" y "disminuir los pensamientos negativos tales como ira, odio u orgullo", cuenta el Gueshe-La mientras maneja en su mano una especie de rosario que sirve para recitar mantras.

El resto de las "ciencias" que profundizan en estos preceptos son "sendero de la perfección, naturaleza de todos los fenómenos, tesoro del conocimiento y estudio sobre la disciplina moral". Todo, teniendo como mapa de ruta la máxima de que "los pensamientos positivos llevan a la felicidad propia y la de las personas cercanas".

También habrá espacio en estas jornadas intensivas para el debate y la meditación.

Rafael Palancar, natural de Madrid pero asentado actualmente en La Rioja, es uno de los asistentes al curso. Desde que acudió a sus primeras jornadas en 2010 ha notado "un gran cambio en su vida". Asegura que "nunca antes había tenido tanta calma mental".

Pero para adentrarse en la explicación y meditación de estos temas el entorno es fundamental, y sin duda, la casa-monasterio Cho Sup Tsang de Ventoselo ofrece una atmósfera cálida y acogedora, en donde nunca falta una taza de té.

En medio de la naturaleza, en un terreno de 8.000 metros cuadrados, se encuentra la casa que cuenta con dos residentes estables y a la que se debe entrar descalzo o con algún calzado "limpio" que no venga de pisar la calle.

Dentro, todas las personas que acuden al curso tienen una tarea asignada para que todo funcione en buena armonía y como un perfecto engranaje. Esas labores y una donación de cantidad voluntaria son su "pago" por las jornadas.

En una sala aparte, se encuentra la Gompa, el lugar en el que se realiza la meditación, que el lama muestra amablemente y donde sí es obligatorio entrar descalzo.

Además en Cho Sup Tsang se guarda un equilibrio entre la mente y el cuerpo, por eso siguen una dieta estrictamente vegetariana que excluye los huevos, la cebolla y el ajo, aunque permite el consumo de lácteos.

De hecho, con el tiempo aspiran a tener sus propios cultivos.

Pero su próxima meta, como explica Tito Barreiro, es conseguir que Cho Sup Tsang se convierta en un referente, teniendo "la presencia de un lama permanente" y creando una "gran biblioteca que recoja textos de todas las religiones".

A día de hoy ya cuentan con una compilación de más de 270 libros en los que se recogen las enseñanzas de Buda y los comentarios de los grandes maestros. Muchos de estos textos han salido por primera vez de la India para llegar a Ventoselo.

Para concluir, lleno de felicidad y sosiego, el lama Gueshe Tenzing Tamding invita a cualquier persona a "venir y escuchar" ya que "el budismo es muy flexible, tras las explicaciones cada uno tiene que analizar e investigar, si siente que le ayuda puede utilizarlo, si no le gusta puede dejarlo en cualquier momento".

Durante los próximos cuatro días en la casa-monasterio de Ventoselo las enseñanzas budistas están al alcance de todos.

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