Renfe pide la "máxima indulgencia" para el maquinista que conducía el Alvia

Renfe pide la "máxima indulgencia" para el maquinista que conducía el Alvia
Una de las sesiones del juicio, en una imagen de archivo / AEC

El abogado de Renfe ha pedido este jueves la "máxima indulgencia" para Francisco José Garzón Amo, el maquinista que el 24 de julio de 2013 condujo desde Ourense el Alvia que descarriló en la curva de A Grandeira, antes de entrar en la estación de Santiago.


En la presentación de las conclusiones definitivas, el representante de la operadora de transporte ha hecho especial hincapié en que ese conductor fue el "único garante de las debilidades no detectadas".


"Todo estaba en orden, pero no fue suficiente", ha remarcado este letrado, que ha recordado que Garzón Amo recibió una llamada del interventor de a bordo, Antonio Martín Marugán, "en el peor lugar posible a efectos de seguridad".


Esa comunicación al móvil corporativo, la cual Garzón debía atender, ha subrayado este abogado, "no era de emergencia" y además "fue absolutamente innecesaria" porque el maquinista y acusado no podría haber resuelto la cuestión que se le estaba planteando, que era facilitar la bajada de una familia en Pontedeume (A Coruña), un punto situado a más de 100 kilómetros del lugar del accidente.


Lo que provocó esa conversación de 100 segundos, ha asegurado rotundo el abogado de Renfe, fue que Garzón Amo abandonase "el punto de conducción mental" en el que se encontraba.


Y, sin bien este letrado ha reconocido que se eliminó un punto de reconocimiento "poderoso", la transición del ERTMS al ASFA, ha dicho que, en caso de no haber procedido así tras detectar fallos, una hipótesis sería quizá la celebración de un juicio por un accidente pero con una teoría diametralmente opuesta a la actual, que sería "por qué con todos los datos que se conocían, no se produjo la desconexión".


A esta observación ha unido otra, que es la de que "el sistema, en ese momento único, crítico, no le ayudó".


El juicio, que se celebra en la Ciudad de la Cultura desde el 5 de octubre de 2022, terminará previsiblemente la próxima semana, tres días después del décimo aniversario de la tragedia ferroviaria, con las intervenciones el próximo miércoles de las aseguradoras de Adif y Renfe y el jueves de las defensas de los dos acusados, Garzón Amo y el exresponsable de la seguridad en la Circulación de Adif Andrés Cortabitarte.


Después, la magistrada presidenta Elena Fernández Currás tendrá que dictar una sentencia que se espera para el último tramo del año.

 

Adif

El abogado de Adif ha defendido este jueves la inocencia de Andrés Cortabitarte, exresponsable de seguridad de la compañía en el accidente del tren Alvia que en 2013 causó 80 muertos y 145 heridos a las afueras de Santiago de Compostela, ha mostrado su solidaridad con las víctimas y ha apuntado como único culpable al maquinista del tren.


En la presentación de las conclusiones definitivas, el representante de Adif ha defendido que en la compañía pública no son "ni insensibles, ni cínicos ni mentirosos" por defender la inocencia de sus trabajadores ni pretenden engañar al fiscal o a la jueza y afirmó que es "difícil pedir perdón por algo de lo que uno no se siente responsable".


En cualquier caso, tras haber escuchado a las víctimas en la parte civil del proceso, en la que numerosos testimonios han denunciado que nadie se puso en contacto con ellas y se sintieron "olvidadas", ha lamentado que la administración a veces se muestre "distante y carente de empatía" y le ha hecho comprender que "algo podrían haber hecho mejor".


"No sé si me corresponde a mí atribuirme la representación de la administración, pero las personas sienten que no mostramos la sensibilidad que requerían las circunstancias", ha señalado el abogado de Adif, que previamente había mostrado toda la solidaridad del sector ferroviario español con las víctimas.


Durante su intervención ha defendido las tesis de Adif durante el juicio, es decir, la inocencia de Cortabitarte y la única responsabilidad del maquinista por su "desatención continuada durante más de cien segundos", un riesgo "imprevisible".


El representante de Adif ha afirmado que durante el juicio y antes se generó "un caldo de cultivo social" con mensajes "simples" que calan con gran facilidad entre la opinión pública, tales como que "la curva era peligrosa", "que no todo podía depender del maquinista" y otros, con los que se pretendían inducir culpabilidades previas.


Además, según su visión, durante el juicio se ha acreditado que no existe ninguna prueba de cargo contra Cortabitarte ni contra Adif, que cumplieron con todos los protocolos de seguridad y de evaluación de riesgos vigentes en 2011, el momento de dar el visto bueno a la puesta en servicio de la vía.


Lo que sí ha sucedido, ha interpretado, es que determinados testimonios han pretendido analizar con los conocimientos de la actualidad y con las medidas de seguridad en vigor en este momento, que se han ido implementando, lo que sucedió hace más de una década y que en aquel momento o bien no estaban previstas o su aplicación estaba "en pañales".


Y en cualquier caso, además, esas cuestiones no hubieran impedido que se produjese el accidente, ya que el motivo único, ha insistido, fue "la desatención continuada durante más de cien segundos" del maquinista.


En su intervención, durante unas dos horas y media, el abogado de Adif ha asegurado que en el juicio "ha quedado acreditada la funcionalidad del sistema Asfa" de control de velocidad, un sistema sobre el que hay "un consenso técnico admitido unívoco" de que el responsable del control de velocidad es el maquinista y cuyos riesgos, detectados, son "tolerables" y se resuelven con "la suficiente formación de los maquinistas".


También ha defendido en sus conclusiones definitivas que la curva donde se produjo el accidente "no es única" en España, sino que "hay decenas similares en las que si el maquinista no controla la velocidad se puede producir una catástrofe" y ha rechazado igulamente que el riesgo en ese punto resultase "evidente", ya que si así fuese se habría detectado en los cientos de viajes en pruebas.


En su papel de acusación, además, ha cuantificado en 1,3 millones de euros los daños en la infraestructura causados por la "imprudencia grave" del maquinista. 

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