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viernes | 19 abril | 2024
La corporación provincial de Pontevedra eligió ayer a Carmela Silva como nueva presidenta de la Diputación, con los votos del PSOE y el BNG y leyó su discurso citando frases de Bob Dylan o de Winston Churchill.
La elección estaba cantada ya desde el jueves, cuando socialistas y nacionalistas anunciaron un pacto de gobierno para los próximos cuatro años, y se concretó en una elección a mano alzada en la que Silva obtuvo los votos de los 10 diputados socialistas y los cuatro del BNG, frente a los 12 que apoyaron la reelección de Rafael Louzán por el PP y la abstención del representante de la Marea de Vigo.
Los diputados fueron tomando posesión por orden alfabético, jurando el cargo los del PP y prometiendo los del PSdeG, con algún desvío transversal por parte de los populares José Crespo y María Luisa y Piñeiro, que juraron y prometieron.
También hubo referencias al “imperativo legal” de los nacionalistas Uxío Benítez y Eva María Villaverde, mientras que el diputado de la Marea, Xosé Lois Jácome, aludió a su condición de “independentista y republicano”.
Antes de la votación hubo tiempo para discursos, empezando por el que será nuevo vicepresidente, César Mosquera (BNG), que bromeó sobre el calor del salón de plenos –lleno a rebosar–.
Declaró que la Diputación es un “anacronismo institucional”, pidió “prudencia y humildad” para el próximo gobierno y abogó no caer en “la soberbia de intentar decirle a las corporaciones elegidas por los ciudadanos lo que tienen que hacer”.
“La autonomía local debe ser respetada y potenciada”, defendió, destacando también el acuerdo con el PSdeG al que se llegó “porque se avanzó más allá de las condiciones mínimas” y un apoyo a Silva “con toda la ilusión y la convicción en el programa acordado, en el que desaparece todo atisbo de favoritismo o discrecionalidad en los servicios que se presten”.
Silva tomó la palabra y empezó citando a Bob Dylan y su “The times they are-a-changin”.
La nueva presidenta asumió el compromiso de “abrir ventanas y puertas” en el ente provincial, “poner fin a un modelo anclado en el pasado, presidencialista, basado en la discrecionalidad y la discriminación”, y “rechazar las políticas basadas en las subvenciones, que propician el clientelismo”.
Silva expresó su rechazo a la ley de racionalización de las administraciones públicas, abogó al igual que Mosquera por potenciar la autonomía local, pero fue más allá y se refirió a la provincia en clave general.
Presentó a la provincia de Pontevedra como la que más “dinamismo” tiene de las cuatro gallegas y que debe reclamar “el espacio político que le corresponde”, entre citas a Winston Churchill y Miguel Hernández.
