Cinco nuevas detenciones elevan a siete los arrestos en el operativo desarrollado tras la reyerta sucedida en la noche del domingo en la entrada del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO).
Todos los detenidos son miembros de una misma familia y el origen del suceso se enmarca en “viejas desavenencias” entre la familia política y la de sangre de una de las mujeres embarazadas.
El tiroteo tuvo lugar sobre las 23.30 horas de este domingo en el hall de entrada principal del hospital. En la reyerta se vieron implicadas unas siete personas, todas ellas de etnia gitana. Dos de ellas, Eduardo M.J. y Francisco M.G., resultaron con heridas de diversa consideración y fueron dadas de alta unas horas después.
Según la Policía, entre los últimos cinco detenidos se incluyen el padre y la madre de Daniel y Moisés G.B., los dos hombres de etnia gitana que ya habían sido arrestados justo después de la reyerta como presuntos autores de los disparos a la entrada del CHUO. También se detuvo a otro hombre, que es el tío paterno de Daniel y Moisés G.B., así como a sus dos hijos.
El operativo conjunto entre la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Policía Local también localizó en la plaza de San Cosme, en el casco viejo de la ciudad, un bulto que contenía dos escopetas de caza y un rifle. Además, fuentes policiales confirmaron que ya tenían identificadas a estas cinco personas y que la entrega en la Comisaría de Ourense se produjo “después de una intensa labor de investigación y de negociación” por parte de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y un grupo de la brigada provincial de la Policía Judicial.
Los cinco detenidos se presentaron en la sede de la Policía con los dos coches utilizados durante el tiroteo, un Fiat Punto y un Ford Focus, con los que se habían dado a la fuga después del enfrentamiento armado. Fuentes policiales señalaron que el origen de los hechos se encuentra en las “desavenencias” entre la familia política y la familia de sangre de una de las mujeres embarazadas que había sido ingresada en el complejo hospitalario. Según las mismas fuentes, los familiares de esta mujer aseguraron que no se les había avisado sobre el ingreso y que no les habían dejado visitar a su familiar.
Las dos familias vivían juntas en el poblado de A Fontenla, en Maside (Ourense), pero debido a desencuentros familiares una parte se había trasladado a otro poblado a las afueras de la localidad ourensana.
La Policía también confirmó que las armas usadas en el enfrentamiento armado fueron dos escopetas y un rifle, así como que una persona que tuvo que ser ingresada porque había recibido fuego con “cartuchos de posta” de una de las escopetas.
Por su lado, el subdelegado del Gobierno de Ourense, Roberto Castro, confirmó que no descarta que “pueda haber otras detenciones. Castro también recordó que en el acceso principal al CHUO se realizaron “por lo menos doce disparos” procedentes de escopetas y rifle, que alcanzaron distintos puntos de la fachada del edificio y que también llegaron a impactar en el interior del vestíbulo.
Asimismo, destacó la “pronta” actuación de la Policía en respuesta a las “llamadas” que “se produjeron de forma inmediata”. Castro mostró su confianza en que la operación puesta en marcha de forma conjunta por las Fuerzas de Seguridad del Estado “se complete lo antes posible” y se pueda “cerrar el operativo”. “Ahora se trata de analizar por qué se produjo la disputa, de dónde proceden las armas y valorar y poner a disposición judicial a los presuntos responsables”, dijo.
Más seguridad
El Complexo Hospitalario Universitario de Ourense ha reforzado su seguridad después del tiroteo, según señaló el director de Procesos Asistenciales, Miguel González, durante una rueda de prensa en la que leyó un comunicado en el que la dirección del complejo agredeció la “rápida” actuación de su personal y de los cuerpos y fuerzas de seguridad.
González confirmó que “en prevención” de nuevos incidentes la dirección de la Gerencia de Gestión Integrada de Ourense del Sergas ha puesto en marcha un refuerzo de su complejo de seguridad en colaboración con las fuerzas de Seguridad.
Según indicó, se trata de un operativo de prevención en el que trabajan de forma coordinada miembros de la seguridad privada del centro y los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado.