El administrador de la Catedral no quería que trascendiese que había una cámarade seguridad

El administrador de la Catedral no quería que trascendiese que había una cámarade seguridad
GRA169. SANTIAGO DE COMPOSTELA, 30/01/2015.- El electricista que trabajó para la Catedral de Santiago de Compostela, José Manuel Fernández Castiñeiras (i), acompañado por su letrada, Carmen Ventoso (c), y por su esposa,

El técnico de la empresa Montaxes Eléctricos del Noroeste, que colocó la cámara grabadora en el despacho de José Manuel Iglesias Pérez, administrador de la Catedral de Santiago desde 2002 hasta febrero de 2011, ha asegurado que éste “no quería que se supiese nada” de la instalación de la cámara.
En la séptima sesión de la vista oral que juzga el robo del Códice Calixtino, el testigo declaró que el administrador que le encargó la cámara le pidió que en el albarán de pago no figurase la instalación de la cámara, sino simplemente “un sistema de automatización de luces”.
Con estas indicaciones la cámara fue colocada “por la noche básicamente, pasadas las ocho de la tarde” y escondida en el despacho, simulando ser una caja de la luz, y el grabador y la pantalla donde se podía visionar “dentro de un armario”.
El técnico explicó también el funcionamiento de la cámara y detalló qué se debió una segunda instalación. La defensa del electricista Manuel Fernández Castiñeiras, en la primera jornada de esta vista, pidió la nulidad de las grabaciones puesto que a su entender no se cumplió la cadena de custodia.
En las grabaciones supuestamente se puede ver al acusado en numerosas ocasiones sustrayendo dinero del despacho de Administración de la basílica compostelana.
En la sesión de ayer también declararon cuatro clientes de la mujer del acusado. Una de ellas señaló que se extrañó al ver en el piso del electricista un “despacho oculto” bajo una cortina “tras la que no se veía nada”.
Esta mujer acudió a esta residencia para hacer un encargo a la costurera Remedios Nieto, esposa de Manuel Fernández Castiñeiras y relató que la primera vez que vio este habitáculo, porque no fue en una única ocasión, creyó que era un armario.
“Pero Remedios me dijo que era un despacho del marido. No se veía nada”, relató. Con estos testimonios, solicitados por la defensa se quería demostrar que la fortuna hallada en las propiedades del acusado es el resultado de un trabajo continuado.

El administrador de la Catedral no quería que trascendiese que había una cámarade seguridad

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