Mas advierte de que el uso partidista de la justicia “merma” la democracia

El presidente catalán en funciones, Artur Mas, y el ministro de Justicia, Rafael Catalá, se cruzaron ayer llamamientos a respetar la legalidad vigente y la independencia judicial, en un acto en Barcelona tras las elecciones del 27-S en el que han evidenciado las frías relaciones entre Estado y Generalitat.
Una semana después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña citara a Mas a declarar el 15 de este mes como imputado por su papel en la organización de la consulta alternativa del 9-N, el presidente de la Generalitat en funciones coincidió en un acto con el ministro de Justicia, el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, y la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal. En la inauguración de la 58 reunión de la Unión Internacional de Magistrados, en el Auditorio del CaixaForum, Mas alertó de que “cualquier utilización partidista de la justicia podría mermar el sustento democrático”.
Mas subrayó que Cataluña es “un país, una nación, una tierra con largas raíces desde el punto de vista del compromiso con los marcos legales” e hizo suyo el lema de los organizadores, “Promoviendo una justicia independiente a escala mundial”.
No se refirió directamente a su imputación por la consulta del 9-N, pero sí hizo constantes alusiones al apego de Cataluña a la legalidad democrática e incluso a la permanente “fidelidad a las constituciones catalanas”, unas referencias cargadas de simbolismo al ser pronunciadas ante altos representantes del Estado como Catalá, Lesmes o Madrigal. Por su parte, Catalá se remitió a las palabras que el rey Felipe VI pronunció hace unos meses en Barcelona para defender que el respeto a la ley por parte de los poderes públicos no debe ser “una mera formalidad”.
“El respeto a la ley no es ni debe ser un puro trámite, una mera formalidad o una alternativa. El respeto a la ley es fuente de legitimidad”, señaló, parafraseando al monarca. El acto, al que también asistieron la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, el conseller de Justicia, Germá Gordó, y el conseller de Interior, Jordi Jané, había levantado gran expectación mediática por la presencia de Mas junto al ministro Catalá y figuras del mundo judicial español como Lesmes y Madrigal.
La última intervención de la sesión inaugural correspondió al presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, que defendió la independencia del poder judicial en España y proclamó que “hacer respetar la ley nunca debe considerarse una afrenta”.
Mientras se celebraba el encuentro, las entidades soberanistas Asamblea Nacional Catalana, Omnium Cultural y Asociación de Municipios por la Independencia convocaban para el 13 y el 15 de este mes actos de apoyo a Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, imputados por la consulta alternativa del 9-N.
Sobre las negociaciones discretas entre Junts pel Sí y la CUP para acordar una hoja de ruta hacia la independencia, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, dijo que no contempla un escenario de desacuerdo que obligue a convocar nuevas elecciones.
Quien ya dejó claro que no apoyará ningún paso en la dirección soberanista es la jefa de filas de Ciudadanos en el Parlament, Inés Arrimadas, que anunció que renunciará a los “privilegios” del cargo de jefa de la oposición, como el plus salarial y el coche oficial, y reclamó para su partido una de las vicepresidencias de la Mesa. 
Mientras tanto, el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, planteó ayer la posibilidad de recuperar en el preámbulo del Estatut el término “nación” anulado por el Tribunal Constitucional.
El cabeza de lista del PP el 27-S, Xavier García Albiol, avanzó que presentará un decálogo de prioridades al resto de partidos catalanes, si bien PSC y Ciudadanos son quienes se podrán sentir más “cómodos” con él.