Dictan prisión sin fianza para el hombre que empotró su coche en la sede del PP

La titular del juzgado de instrucción número 32 de Madrid decretó prisión sin fianza para Daniel Pérez Berlanga, el hombre de 37 años que el viernes estampó su coche en la sede nacional del PP, en la calle Génova de Madrid, cargado con una bomba fabricada artesanalmente con bombonas de butano.
La juez Rosa María Freire Pérez considera al detenido presunto responsable de los delitos de estragos, tenencia de explosivos y daños.
Pérez Berlanga pasó a disposición del juzgado de guardia de Plaza de Castilla después de que el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez se inhibiera en favor de los jugados de Madrid al considerar que los hechos no constituían un delito de terrorismo.
Con el detenido ya en Plaza de Castilla, la juez Freire López ordenó prisión “comunicada y sin fianza” para Daniel Pérez Berlanga, natural de Bronchales (Teruel), quien aseguró a la Policía que pretendía atentar contra toda la clase política.
En paro desde el pasado mes de mayo, este hombre padece esquizofrenia y problemas con las drogas –según fuentes policiales– y hace 15 años había sido detenido por la Guardia Civil por el hurto de un vehículo.
“Menudo susto”, comentaban los trabajadores y diversos dirigentes del PP al llegar ayer a la sede central del partido, que vivía con “normalidad absoluta” el “día después” del ataque.
Tanto los miembros del partido como los periodistas pudieron acceder al edificio por la puerta principal sin problemas y entrar por el vestíbulo afectado, que apenas mostraba huellas del ataque. La mesa de recepción y el arco de seguridad, así como el árbol de Navidad, ocupan el vestíbulo afectado, en el que el personal de mantenimiento ultimaba ayer la reposición de la alfombra de entrada.
Por otro lado, los agentes de la Policía Nacional se llevaron el viernes varias cajas y un ordenador de la casa de Bronchales donde reside Daniel Pérez Berlanga, quien no hizo ningún comentario a los medios de comunicación presentes ni a la entrada ni a la salida. Desde la calle se podía ver el registro que estaban haciendo en la casa los agentes, que utilizaban “rayos ultravioletas” y “eran muy llamativos”, explicó el alcalde de Bronchales, Francisco Nacher.
A las puertas de la casa, solo quedaba la prensa. La gente estaba en sus casas “pensando qué pudo ocurrir”. El jueves a las 22.00 horas el detenido tenía el coche aparcado en la puerta del domicilio y los vecinos que hablaron con él antes del atentado no detectaron nada raro.