10º-17º
jueves | 18 abril | 2024
El juzgado de primera instancia de refuerzo de A Coruña ha condenado a NCG Banco a la devolución de la compra de subordinadas que había suscrito una mujer de 81 años, con incapacidad, y que firmó con la huella digital en una primera operación en 2005.
La sentencia obliga a la entidad a la devolución de la cantidad, así como los intereses generados, a los que se ha de restar los rendimientos abonados.
Los abogados de la octogenaria, que han facilitado la sentencia, de 20 de octubre, recuerdan en un comunicado que en junio de 2005 el esposo de la mujer suscribió una orden de valores por la que ambos adquirieron 60 títulos de OB Caixa Galicia 07-05, por un valor nominal de 36.000 euros.
En 2009, al fallecer el esposo, la mujer y su sobrina firmaron simultáneamente una orden de venta, una de compra y un contrato de depósito y administración de valores, que, en todos los casos, la perjudicada firmó con su huella.
También recuerdan que el esposo, jubilado de labores agrícolas y de 79 años en el momento de la firma, no había acabado los estudios primarios, que son los que posee la sobrina, empleada del hogar, mientras que la esposa es analfabeta, por lo que la sentencia considera que "resulta evidente el perfil ahorrador de los actores".
Los abogados señalan que el subdirector de la oficina de la entidad en Carballo (A Coruña) explicó que no comercializó las obligaciones subordinadas del 2005, pero en 2009, al morir el marido, se encargó del cambio de titularidad, asignándosela a los herederos, y aclaró que "compró y vendió los valores por un tema interno de la entidad, pero que ella no sabía nada, simplemente recibió una herencia".
La afectada por esta sentencia había acudido en diciembre de 2012 al arbitraje del Instituto Galego de Consumo, "pero no obtuvieron respuesta alguna".
