El FROB cree que los inversores gallegos se fiaron de datos de NCG “obsoletos”

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que se enfrenta a la demanda de una veintena de empresarios gallegos que en enero de 2012 invirtieron  casi 70 millones  en Novagalicia –ahora Abanca–  para hacerse con el 2,59 por ciento del capital del banco,  y que le acusan  de ocultar la verdadera situación patrimonial de la entidad, se defendió ayer alegando que la información que obtuvieron los inversores era anterior  a su entrada en el capital de NCG y a la valoración de la misma.
De este modo, la institución dependiente del Ministerio de Economía aseguró que esos datos eran “obsoletos”, según publicó “La Opinión”.
Así lo aseguró ayer la abogada del Estado, que ejerce de defensa del FROB,  en las vistas preliminares celebradas en el juzgado de Primera Instancia número 1, y añadió que el Fondo no era el encargado de captar inversores, por lo que apunta a los entonces directivos de Novagalicia como los responsables de un posible engaño.
El juicio enfrenta al FROB con  Hierros Añón, Hijos de Rivera, Copasa, Inversiones Subel, Inversiones Gallegas del Cable, Concable Inversiones, Río Breiro, Coren, Gadisa, Inveravante, Metalships, Renebé 2003, Santiago Rey Fernández-Latorre y José Luis Mariño. La mayor parte de las vistas se celebrarán entre el 11 y el 21 de noviembre.
El FROB explicó en su argumento de defensa que vendió las acciones de Novagalicia a los empresarios por el mismo dinero que había pagado el 10 de octubre de 2011, cuando se hizo con el control de la entidad e inyectó 2.465 millones de capital.
El organismo también alega que  antes de la inyección del dinero, las firmas Ernst&Young, Rothschild y Societe Generale habían valorado a Novagalicia en 181 millones de euros, con lo que se daba entender que la situación de la entidad era complicada.
Mientras, los inversores gallegos aseguran que a ellos se les explicó que la valoración de NCG no reflejaba la realidad y que con la entrada del FROB en el capital se convertiría en una entidad saneada y solvente.
Dicha información, según los empresarios, contrasta con el ajuste contable que realizó Novagalicia a finales de 2011. Este ajuste recortó las reservas de la entidad en 1.127 millones y elevó su morosidad al 11%. Los empresarios denuncian que esos ajustes no se hicieron públicos hasta después de que ellos formalizasen la compra de acciones. Además, los posteriores decretos del Gobierno que hicieron aflorar las pérdidas del ladrillo en la banca y conllevaron a la solicitud del rescate europeo llevaron a NCG a convertirse en un banco en quiebra, y los inversores creen que la entidad y el FROB sabían que se produciría esa situación y la ocultaron.
Un año después, con dicho rescate, se realizó una operación acordeón en NCG que dejó a los empresarios fuera del capital de la entidad.