El staff técnico hace repaso y reparte para todos lados

Víctor apareció en la previa al partido del Real Madrid con una escaleta en la rueda de prensa. Desde esas líneas básicas (“Me las he apuntado para que no se me escape nada”) trazó un comunicado en el que repasó los capítulos tenebrosos del curso. Fueron 45 minutos de monólogo sin aceptar preguntas sobre su exposición, sino únicamente sobre el Madrid. En ese tiempo, desgranó los conflictos con Luisinho, acusó al luso de haberle amenazado y cuestionó a Alberto Lopo por su “bipolaridad” en los entrenamientos. A la prensa,  le reprendió por las críticas ácidas y titulares como el de la “vergonzosa e histórica” derrota ante el Barcelona. Después defendió sus números en el Deportivo y recordó que en la segunda vuelta cambió el escenario, entre otras cosas, porque hubo equipos que se “reforzaron” y este club, no. Además, “lesiones y cansancio”.
El cuerpo técnico no quería “dejar que se alimenten más especulaciones y debates sin toda la información”. Comenzó su discurso asegurando que en el fútbol profesional “se entrena mucho el ego”. Ser suplente “genera frustración”.
“Ante eso”, dijo, “hay dos tipos de conducta, responder luchando, esforzándote, queriendo superar la situación a base de trabajo y esfuerzo, que es la positiva, la que ayuda al grupo; y la de la queja, el lamento, la excusa, que no suma, sino resta”.
Y tras una introducción extensa, empezó por Alberto Lopo: “Hizo una pretemporada sensacional, una trabajo magnífico, una entrega ejemplar, pero ha tenido un comportamiento bipolar: bueno cuando veía que iba a jugar y opuesto cuando veía que no iba a jugar. Le tratamos de ayudar motivándole, pero se ha ido acrecentando. Se ha  negado a entrenar dos veces y se ha ausentado sin permiso en dos entrenamientos. Eso no suma”.
Después, Luisinho. Cuando Víctor llegó, el club le puso en antecedentes: “Había tenido situaciones conflictivas con compañeros y empleados, y un carácter agresivo y difícil de controlar. El año pasado no podíamos tomar medidas drásticas ni cambiar reglas porque llegamos a ocho jornadas. En el primer partido estaba sancionado y le dimos permiso para ir de viaje a Portugal. En el primero que jugó, ante el Atlético, vamos perdiendo, hacemos cambios y le sustituimos. Como pasa muchas veces en jugadores que tienen ese comportamiento ante las adversidades, se calienta y pide explicaciones faltando al respeto, de una manera que no corresponde. También está el director deportivo y acaba discutiendo airadamente con él”, relató.
El técnico dijo que Luisinho no pidió “disculpas”. Después, tras el 4-0 ante el Elche, otro episodio. “Todos estábamos con el calentón de la derrota y nos montó un escándalo en el vestuario. También se tuvo que dejar pasar por lo que nos estábamos jugando”, comentó. Y esta temporada, en la que el cuerpo técnico promovió un código interno, empezó con el lío Luisinho-Arribas. “En el vestuario, Luisinho provoca una segunda pelea que acaba con Lux con un golpe en la espalda y ya teníamos lesionado de gravedad a Fabricio”, dijo.
El luso cumplió cuatro días de suspensión de empleo: “Se reincorpora y su comportamiento es muy bueno hasta el mercado de invierno. Me viene a hablar al despacho y me pide que le ayude para marcharse. Le digo que tiene que comunicarlo al club, no al entrenador. Su actitud cambia. Cuando ve que no va a jugar, los viernes le duele la rodilla pero el lunes está disponible para jugar y eso se repite muchas veces”.
“Tratamos de convencerle de que de esa manera no se puede trabajar. Le dimos oportunidades. Ha llegado a amenazar al entrenador diciendo que tenía que jugar y que si no me iba a crear muchos problemas. En eso sí se está esforzando por lo que se ve”, apuntó antes de hablar del último episodio.
Antes del Getafe,  Oriol y Lucas se enzarzaron en un entrenamiento. “Fue el mayor acto de indisciplina. Comunicamos la sanción a Lucas y Oriol por el incidente y hubo una discusión tremenda, no se callaba, le faltó el respeto a los compañeros y el entrenador, desobedeció al director deportivo.  Ante esa rebeldía le dimos la oportunidad de calmarse, no la aceptó, y le sacamos del entrenamiento. Se le abre otro expediente”, sostuvo el técnico.
“Eso todo genera muchos despistes en el grupo. Toca la fibra de todos (...) Pero el jugador que no suma, que resta, es peligroso en el grupo y eso es un riesgo en una situación en la que hay mucho en juego”, apuntó.
Víctor criticó las declaraciones del agente de Luisinho y que no haya hecho como otros representantes que se dirigieron a él directamente. “Decir que he intentado arruinar la carrera a un jugador que ha jugado 20 partidos en la temporada habla por su propio peso. Le hemos dado oportunidades...”, opinó. El representante también recordó un turbulento capítulo del Víctor jugador con Irureta. “Fue algo individual que no tenía que ver con el colectivo y se solucionó en el momento (...). Por supuesto no estuvo bien”, admitió el ahora entrenador, que insistió en que a Lopo y Luisinho “se les ha dado muchas oportunidades para reaccionar, tanto que hasta el grupo se ha sentido ofendido”.
Víctor negó que “participase en los comunicados de los capitanes” o que haya manipulado a los jugadores.  También puso en cuarentena la “política de comunicación del club”. “Ha sido mantener confidencialidad porque hay intereses económicos, cada jugador es un activo. Sé que eso me ha generado animadversión por vuestra parte, pero los intereses del club están por delante de los míos y es una losa que me ha tocado cargar”, argumentó. 
Por último, criticó a los medios. Agradeció los “comentarios más ácidos y destructivos” hacia su persona porque “el aprendizaje es brutal” y consideró que aquí se “ningunean” los empates. Cuestionó también haber puesto como objetivo Europa o compararlo con el SuperDepor: “Este equipo está a años luz. No le llegamos a la altura de los talones. Ni el staff, ni los jugadores”. Y concluyó: “Nos sentimos más preparados para retos en el futuro”.