El rey David se retira

El rey David se retira
El pontevedrés David Cal logró cinco medallas entre los Juegos de Atenas 2004 y Londres 2012 efe

El deportista olímpico español más laureado de la historia, el piragüista David Cal, rema hacia el final de su gesta guardando silencio, fiel a uno de sus rasgos más característicos, pero envuelto en el culebrón que suscita la retirada de este canoísta, que aún no se ha pronunciado públicamente sobre el abandono.

El presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, ha confirmado que Cal ha decidido retirarse y no competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016, que estaba preparando en Brasil junto al actual campeón mundial, Isaquias Queiroz, el joven “trabajador y alocado”, según le calificó el pontevedrés, con el que compartió entrenamiento durante el último año.

David Cal (10 de octubre 1982, O Hío, Pontevedra) posee cinco medallas olímpicas, una de oro –lograda en Atenas 2004 en C-1 1.000 metros– y cuatro de plata -–dos en C-1 500, conseguidas en Atenas y Pekín 2008, y en C-1 1.000 metros en Pekín y Londres 2012–.

La falta de motivación y de forma que podrían marcar la decisión del deportista son aún una opción no cerrada para la continuidad del gallego, un especialista en apurar la puesta a punto, tanto como las remontadas en las regatas, capaz de adelantar media docena de puestos en una final.

Tras acudir como reserva a los Juegos de Sydney 2000, el pontevedrés saldó con medalla su presencia en las citas olímpicas de Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012. Fue abanderado de la delegación española en la ceremonia de clausura de la vuelta de la competición olímpica a tierras helenas y de la apertura en los incomparables Juegos que acogió la capital china.

A tan exitoso palmarés, Cal suma diez podios entres campeonatos del mundo y de Europa, el primero de ellos en el Mundial 2003, en Gainesveille (Estados Unidos), que le supuso la clasificación para Atenas.

Procedente de una familia humilde, Cal es un palista tremendamente reservado, que con el paso de los años se ha vuelto más sociable; siempre correcto e ingenioso en las distancias cortas.

A sus 32 años se ve inmerso en la vorágine informativa que ha supuesto el anuncio de su retirada, sobre la que el propio deportista aún no se ha pronunciado públicamente. Tampoco ha conseguido que lo haga la Federación Española, incapaz de contactar con el palista.

La facilidad comunicativa nunca ha sido un rasgo del portentoso David Cal, resguardado en la personalidad de su técnico, Suso Morlán desde su irrupción en la elite deportiva. En ocasiones, ambos fueron una pequeña isla dentro del equipo nacional español de piragüismo.

Educado e introvertido por norma, Cal ha reconocido sentirse desbordado por la expectación mediática generada tras la consecución de sus primeras medallas en Atenas 2004. “Si lo sé, no gano”, opinó entonces.

De su estancia en Brasil dijo, tras cumplir allí los primeros meses de concentración, que se sintió “algo raro al principio” ante el carácter tan alegre y distendido de los cuatro integrantes del equipo olímpico sudamericano con los que convivía, que le supuso un “cambio radical” al pasar a vivir con ellos que son “la alegría personalizada”.

En la preparación durante los ciclos olímpicos la facilidad de Cal para exceder su peso en algunos kilos ha sido frecuente, al igual que su incontestable capacidad para afinar la puesta a punto en las semanas previas a las grandes citas, esos Juegos o Mundiales a los que llegaba justo, pero donde la aureola de su figura imponía respeto a los rivales, a los que él luego asestaba un golpe de autoridad en el agua.

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