Las peñas están de uñas

Tal y como ha venido adelantando este diario en los últimos meses, las diferencias que mantienen a día de hoy la Federación de Peñas y el propio RC Deportivo parecen irreconciliables.

Los aficionados blanquiazules consideran que el club no ha estado a la altura ni les ha defendido con dignidad a raíz del trágico asesinato de Francisco Romero Taboada, ‘Jimmy’, el pasado 30 de noviembre en Madrid.

Visiblemente distanciados del Consejo de Administración, los incondicionales federados no se muestran receptivos a enviar a la directiva un censo pormenorizado con el nombre y datos personales de los componentes de las casi 200 agrupaciones que integran la Federación.

Del mismo modo, se niegan a acatar el punto 3.1 del protocolo para la formación y mantenimiento de cada peña blanquiazul, que establece un número mínimo de miembros y también de abonados al RC Deportivo por cada asociación de ‘fans’.

La Federación de Peñas es de la opinión de que bajo el sentimiento actual de desprotección de los aficionados el Consejo no está moralmente capacitado para exigirles condicionantes.

Tal y como quedó patente tras la última reunión —celebrada el pasado viernes 7— entre Miguel Otero, presidente en funciones de la Federación de Peñas, y Martín Pita, consejero del RC Deportivo encargado del Área Social, el distanciamiento entre el club y un nutrido sector de su afición es más que palpable.

En el sprint final de una temporada clave para lograr la viabilidad económica de la entidad —quedarse en Primera se antoja vital—, ambos estamentos deportivistas tendrán que hacer un esfuerzo por el bien del conjunto coruñés; en caso contrario, la fractura existente podría ser un lastre más para un conjunto que está pasando apuros para certificar la ansiada permanencia. El deportivismo debe ir de la mano en el tramo final de Liga.