Otra vez Noruega

Otra vez Noruega
MTI128. Budapest (Hungary), 21/12/2014.- The silver medalist Spanish team during the womenís handball European Championship award cermony in Papp Laszlo Budapest Sports Arena in Budapest, Hungary, 21 December 2014. (Balonmano, Hungría, Norue

La selección española femenina de balonmano se quedó, al igual que ya ocurriera hace seis años, a las puertas del título continental, tras perder ante Noruega, el mismo rival que ya le privó del oro en Skopje, en la final del Europeo de Hungría y Croacia.

 

 

Volvieron a estrellarse las ‘guerreras’ contra el muro noruego, ayer personificado en la portera Silje Solberg, que cerró el choque con un espectacular 41% de paradas, un muro que, más que nunca, España pareció en disposición de poder derrumbar.

Liderada por una de nuevo inconmensurable Navarro bajo los palos, la defensa española se multiplicó para cerrar cualquier mínimo espacio a un conjunto noruego, que tan sólo sumaba tres goles cumplidos los primeros catorce minutos de juego.

Ni en superioridad numérica lograban anotar las nórdicas, atónitas ante la velocidad de piernas de las españolas, que no sólo cubrían cada posible resquicio, sino que además, y quizá lo más importante, imposibilitaron a Noruega a desplegar su demoledor juego de contragolpe.

Pero para vencer a las todopoderosas nórdicas, indiscutibles números uno del balonmano mundial, no es suficiente con una modélica defensa, algo de lo que eran plenamente conscientes la ‘guerreras’ que exhibieron lo mejor de su arsenal ofensivo.

Especialmente destacada fue la actuación de Nerea Pena, que confirmó las palabras que no se cansó de repetir una y otra vez en las horas previas de la final, y demostró con sus siete tantos en el primer tiempo que, efectivamente, ni ella, ni sus compañeras se conformaban con la plata.

Un gol de Pena permitió precisamente a España alcanzar a los 18 minutos de juego su máxima renta, unos cinco tantos de ventaja (5-10) que dejaban clara la excelente puesta en escena. Renta que las ‘guerreras’, lastradas por las exclusiones de Lara González y Eli Chávez, así como por las imprescindibles rotaciones, no pudo conservar al descanso, al que, al menos sí, se fue por delante (10-12) en el tanteador.

Y es que Noruega, contra las cuerdas, recuperó, aferrada a la portera Silje Solberg en el segundo tramo del primer tiempo, su mejor versión, lo que le permitió ir ajustando cada vez más y más el marcador, que acabó por igualar (12-12) a los pocos minutos de la reanudación.

Circunstancia que no destempló al equipo español, que se mostró mucho más permeable en defensa, ni tan siquiera el pánico se apoderó de las de Jorge Dueñas, cuando Noruega se situó con más que una inquietante ventaja de dos goles (17-15) en el marcador.

Un momento clave que España superó con carácter, el que mostró Marta Mangué, que se olvidó de sus fallos en el lanzamiento de la primera parte, con dos goles casi seguidos que pusieron las tablas (20-20).

No pudo superar, la selección española, por contra, la nueva exclusión, la cuarta con la que fue castigadas las de Jorge Dueñas, uno de los factores que parecieron decantar definitivamente la final y el título en favor de las noruegas.

El otro fue la escasa efectividad desde el punto de penalti, donde España se dejó escapar cuatro opciones de gol, lo que permitió a Noruega situarse con una máxima renta de cuatro tantos (25-21) a falta de diez minutos para la conclusión.

Un tiempo en el que las ‘guerreras’ volvieron a dar muestras de ese irreductible carácter, coraje, talento e inconformismo que permitió a España reducir la diferencia (26-25) a falta de cinco minutos para la conclusión.

Pero las de Dueñas fueron víctimas de la imprecisión. Un problema irresoluble ante el estado de gracia de la guardameta Silje Solberg, que detuvo los tres últimos lanzamientos de un equipo español que demostró en Budapest que la posibilidad de romper el mito noruego no es ya una utopía para esta selección.

 

 

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