El motor Honda le falla por enésima vez a Alonso

El motor Honda le falla por enésima vez a Alonso
May 28, 2017; Indianapolis, IN, USA; Verizon IndyCar Series driver Fernando Alonso (29) leads the field on a restart during the 101st Running of the Indianapolis 500 at Indianapolis Motor Speedway. Mandatory Credit: Brian Spurlock-USA TODAY Sports

Fernando Alonso rompió el motor Honda de su monoplaza a falta de 21 vueltas para la conclusión de las 500 Millas de Indianapolis, pero fue vengado por su compañero de equipo, el japonés Takuma Sato (Andretti Autosport), que se proclamó campeón por primera vez.


Fue una carrera de supervivencia, una especie de ‘Mad Max’ tan loco, accidentado y caótico como adictivo y electrizante, donde Sato, el primer japonés que gana esta competición, se impuso en un final de infarto al brasileño Helio Castroneves y al debutante Ed Jones. Oriol Serviá, por su parte, sufrió un accidente a falta de 17 vueltas para la finalización de la carrera, cuando se encontraba entre los primeros puestos.
Antes del infortunio con el motor, y ya entrando en la recta final, Alonso pasó gran parte del tiempo agazapado en la novena plaza mientras veía cómo la estrategia sonreía a los rivales en cabeza, que aprovecharon para repostar tras un problema mecánico de Charlie Kimball que obligó a sacar las banderas amarillas.


El ovetense, entrando en las últimas 30 vueltas, apretó como él sabe, se volvió más agresivo y buscó cualquier resquicio para subir en la clasificación, pero se topó de nuevo con la mala suerte.


Alonso ocupaba la cuarta plaza en el ecuador de la carrera, por detrás de Castroneves y los estadounidenses Ryan Hunter-Reay y Alexander Rossi, todos ellos campeones en alguna ocasión.
El bicampeón de F1 se puso al frente de la prueba tras 36 vueltas, posición que volvería a ocupar 19 después, pero los numerosos incidentes, entre ellos el brutal accidente del ‘poleman’, Scott Dixon, reagrupraron varias veces a los pilotos y cambiaaron las posiciones.


Alonso, muy paciente durante toda la prueba, perdió cuatro cuatro puestos en la salida –lanzada– de la prueba. Sin embargo, aprovechando el rebufo de los monoplazas que le precedían, no tardó en recuperar posiciones.

Rápida remontada
Para la vuelta 25 –de las 200 programadas– era ya cuarto, justo cuando los pilotos comenzaban a repostar por primera vez, una estrategia que le dejó en segunda posición, aunque tras pasar por boxes, en el giro 31, regresó séptimo.


El momento estelar llegó en la vuelta 36, cuando Alonso se colocó líder, algo que no ocurría en una carrera desde el 27 de julio de 2014, en el Gran Premio de Hungría de F1.


Ese momento fue recibido con fervor por los más de 350.000 espectadores que se dieron cita en el Indianapolis Motor Speedway, que ya sueña con volver a ver al ovetense en un futuro próximo. l

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