Herbert, entre Roberto Piñeiro y David García, tuvo las mejores ocasiones del Cerceda raúl lópez

Herbert, entre Roberto Piñeiro y David García, tuvo las mejores ocasiones del Cerceda	raúl lópez
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 El Bergantiños, más cómodo que su rival en muchas fases del encuentro, se quedó con diez en el último minuto de la primera parte (expulsión de Aarón). Tuvo que dar por bueno el empate inicial. El Cerceda dio señales de vida al final del primer tiempo y al inicio del segundo y, pese a que Herbert tuvo dos buenas ocasiones, no hizo lo suficiente para merecer los tres puntos.
El guión previo invitaba a un partido entrecortado, de disputa, de segundos balones, de premiar al más atento. El Bergantiños jugaba en casa y se notó. Dominó desde el principio ese tipo de situaciones. Germán y David García en el doble pivote; Michi Castro entre esta pareja y Astray (el mejor jugador de partido); y dos centrocampistas con vocación ofensiva (Roberto Piñeiro y Moreira), en derecha e izquierda, respectivamente. Con esos seis jugadores, el equipo de Oreiro ahogó la salida de balón de un Cerceda que no se encontró cómodo aplicando un plan B: jugar directo sobre la zona de Cano para establecer el inicio de sus ataques ya en campo contrario.
El arreón inicial (intensidad máxima) del Bergantiños difícilmente duraría noventa minutos. De hecho, en los últimos quince del primer tiempo, el Cerceda consiguió aproximarse al área de Cristopher. Un pase de Agulló con el exterior dejó a Martín en posición franca en el pico del área pequeña; el portero local desvió a córner. En el 38, Herbert cruzó en exceso su zurdazo en la que fue la mejor ocasión del primer período.
Coincidiendo con los mejores momentos del Cerceda se produjo una de las acciones claves del encuentro. A falta de un minuto para el descanso, segunda amarilla por mano al lateral izquierdo Aarón. El Bergan jugaría el segundo tiempo con diez.
Oreiro situó a Álex Canedo en el lateral izquierdo (Germán pasó a jugar de central) hasta que, con la segunda parte avanzada, entró Alexandre para ocupar esa posición. Cuatro defensas, tres medios (David García, Moreira y Roberto Piñeiro) y dos jugadores más avanzados (Michi y Astray). El exfutbolista del Bertamiráns fue la gran sensación de la tarde: escurridizo, vertical, hábil y un incordio defensivamente.
El Cerceda arrancó la segunda mitad con la tónica del final de la primera. Quizá fueron los mejores momentos del equipo de Lemos. Al menos, en los que más sensación de superioridad exhibió. Jugó en campo contrario, administró la posesión, pero le faltó pegada. Entre Cristopher y su línea de retaguardia se encargaron de desbaratar una y otra vez los centros al área del equipo que ayer vistió de rosa.
Esa sensación de dominar y no generar excesivo peligro acabó por desquiciar a un Cerceda que terminó el partido sin ideas, perdido en conducciones innecesarias, olvidándose de los cambios de orientación, sin finalizar sus ataques. En definitiva, facilitando las labores defensivas del Bergantiños. El ejemplo perfecto fue Jorge Cano, muy por debajo del nivel esperado: sin tirar a portería, sin desborde, sin brillo. El equipo de Oreiro esperó su opción a la contra y la tuvo en el minuto 76 tras una jugada de Astray por la banda derecha. El punta le puso el balón franco a Borja y el lateral no se lo pensó, disparó al primer toque. Se topó con Rumbo, el otro nombre propio de la tarde. Debut con 16 años del portero rojiblanco y actuación totalmente impecable.
El 0-0 no debe sorprender a nadie. Quizá sí pueda sorprender, pese al campo, pese al trabajo del Bergan, que el Cerceda no haya dado más con superioridad. Eso sí, quedan 37 partidos por delante. El de ayer solo fue el primero.

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