Funambulismo en Riazor

Funambulismo en Riazor
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No hay manera de despegar. Quizá sea el mensaje con el que tenemos que quedarnos. Se sufrirá hasta el final esperando que dicha conclusión sea feliz con la permanencia en Primera. Por el momento el Deportivo no levanta cabeza, no gana, no suma de tres en tres. No sale del pozo.
Esperemos que no haya que lamentar los puntos ante el Espanyol, Almería, Levante.... Quedan 30 en juego y, a tenor del panorama, se vivirán en el alambre. El Depor es un ‘funambulista’ del fútbol, de la Liga, como demostró -una vez más- en el encuentro de ayer.
Con Fariña en el once inicial el equipo quiso la pelota desde el primer momento. Sin embargo avisó el cuadro visitante con una jugada de Lucas Vázquez en el minuto 5. Reflejo de lo que fue el choque. La posesión fue blanquiazul, pero el Espanyol creó un peligro casi letal a poco que se plantó en el área.
A los 8 minutos llegaba el primer remate, de Oriol Riera. El Espanyol respondía y se encontraba a Fabricio bajo los palos. El canario fue, una vez más, el mejor del plantel. En el 19 se anulaba un gol a los periquitos por fuera de juego. Antes Fabri lo había salvado a remate de Salva Sevilla. La acción antirreglamentaria se producía en la jugada posterior, pero si no hubiese sido por el meta las tablas no se hubiesen dado en Riazor.
En el 25 a punto estaba de marcar Cavaleiro tras un fallo defensivo del cuadro catalán. El Depor se acercaba. Fariña probaba fortuna instantes después pero la pelota se iba fuera, cerca de la cepa del poste.
El Espanyol se sacudió un poco el dominio del Deportivo con un remate de cabeza de Javi López en el 39 y Borges respondió con un lanzamiento de falta que se fue a las nubes. No hubo tiempo para más en el primer acto. Los minutos finales de este tramo del choque fueron soporíferos, con poco fútbol y muchos pases horizontales de ambos equipos.
Al Espanyol le iba bien así. Sin encajar y esperando su oportunidad. El Depor no era capaz de romper la defensa de los de Sergio González. El segundo tiempo comenzó más movido pero con las mismas sensaciones a pesar del dominio alterno.
Probó fortuna Oriol Riera con un cabezazo en el 51. Lucas Pérez disparó pegado al poste segundos después. Víctor Fernández dio la alternativa a Salomao, que salió por Fariña, y el equipo  volvió a coger fuerza, al menos por el costado del portugués. En el 66 Oriol estaba a punto de marcar en un balón pegado al poste que mandaba fuera. El entrenador lo sustituía para dar entrada a Toché. Hombre por hombre. El encuentro siguió por los mismos parámetros. El Depor manejaba pero sin hacer daño. Pisaba el área pero no concretaba. Cada vez que el Espanyol podía, lo hacía. Cavaleiro tuvo la victoria en el 75 pero no consiguió materializar ante la salida de Kiko Casilla. En el 82 casi se masca la tragedia. Javi López remataba un balón que se estrellaba en el larguero. Casi se cantaba el gol en Riazor. Lo mismo que en el 89 con una doble parada de Fabricio. De las posibilidades de victoria pasamos a las de derrota en escasos segundos. Un correcalles vital, un altibajo constante, un Depor que seguirá en el filo de la navaja si no gana dos partidos seguidos. Espera el Getafe.

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