Este equipo es la leche

El Leyma Basquet Coruña sacó la chistera en el momento más oportuno para borrar de la pista al Breogán y lograr la primera clasificación de su historia para semifinales de playoffs, cerrando de la manera más brillante posible un inolvidable derbi romano en cinco entregas. 
Y la quinta arrancó... en quinta, claro.  Samb tomó el mando anotador en el bando visitante, mientras un enchufadísimo Stelzer marcaba la pauta en el local, aunque fue un triple de Peña lo que dio al Leyma la primera delantera (8-6).
El acierto desde la larga distancia no bajó en ninguna de las dos canastas, en una puesta en acción de mundo al revés: los de Tito Díaz jugando mucho exterior y los de Quique Fraga intentando hacer daño en la pintura.
Entre Stelzer y Peña lanzaron el primer aviso serio (18-10), aunque Llorente, con dos triples seguidos, aguantó al conjunto celeste. La entrada en pista de Ucles mejoró la defensa visitante, principal causa del acercamiento (24-20), tras acierto desde 6.75 de Xavier, pero Stelzer le pagó con la misma moneda. Una técnica a Llorente dio al escolta del Leyma la opción de anotar un libre para cerrar un primer cuarto supersónico y muy bueno para el Leyma (29-22).
El segundo siguió de inicio los mismos parámetros, con una pequeña variante: las segundas unidades elevaron un punto la intensidad defensiva, aunque la del Leyma se mostró más acertada de cara al aro contrario.
Monaghan, que empezó desde el banquillo, aportó su sello dirigiendo con maestría –y fantasía– la ‘marea naranja’. De sus bloqueos y continuación con Zyle –otro que arrancó a tope de batería– y Olmos sacó petróleo el anfitrión. Primero, Burjanadze convirtió el primer rebote ofensivo del Leyma en la primera renta de dos dígitos (33-23). Luego, una penetración de Monaghan puso 14 arriba a su equipo. Y un poco después, una antideportiva de Wright  a Olmos derivó en la máxima ventaja para los de Tito Díaz (48-31).
El Breo limó cuatro puntos al descanso (50-37) a base de tiros libres, su flotador en un periodo que cerró con tan solo dos canastas en juego... 
... Las mismas que anotó en el tercer cuarto, donde la defensa naranja creció hasta límites insospechados, con cinco gigantes en pista sin que se notara lo más mínimo los cambios de nombres. Sería injusto destacar a uno solo, pero es de ley reconocer el enorme trabajo de Burjanadze sobre un Ortega que le martirizó en el cuarto partido.
Un triple de Peña devolvió al electrónico la máxima de la primera mitad (58-41) y un tiro libre de Monaghan abrió un abismo de dos decenas (62-42) a falta de 4:24 para llegar al último periodo. Y Quique Fraga, en ese preciso momento, dio entrada a Rakocevic, inédito en la serie (oficiosamente apartado por sus excesos nocturnos). Un “de perdidos al río”, una bandera blanca al viento.
Los últimos cuatro minutos, bajos en anotación y altos en tiros libres, colaboraron a la sangría: menos minutos y misma distancia en el marcador.
Con 23 de renta (71-48) entró el Leyma en la fiesta de 10 minutos que cerró una eliminatoria para el recuerdo, absolutamente monumental, un hecho histórico que debe suponer un después de la afición coruñesa por el deporte de la canasta. Si no esto no engancha, no se me ocurre qué podría hacerlo.
Volviendo al parquet, el Leyma disfrutaba, sin ensañarse, ante un grupo de jugadores que ya estaban camino de Lugo. Pese a cierto desorden en ataque, la diferencia fue aumentado poco a poco, hasta llegar al tope final de 36 tantos .
Por el camino, la guinda al pastel la puso un 'alley-oop' de Creus que Monaghan hundió con fiereza en el aro celeste. Jugada entre bases. Los extremos se tocan en un equipo extremo, que juega para los ojos pero sin olvidar el marcador.
El siguiente paso son palabras mayores: Melilla. El gran favorito de estos playoffs, una plantilla –ojo al dato– trufada de exjugadores de la 'marea naranja'. Pero, llegados a este punto, soñar no es una quimera.