El Santiago Bernabéu, enmudecido, golpeado en su orgullo... bueno, la mayor parte del estadio callado porque las miles de almas blanquiazules estallaban de júbilo ante uno de los mayores golpes encima de la mesa dados en la historia del fútbol. Aquel 6 de marzo de 2002, el Depor, que dos años antes ya había ganado el título de Liga y desde entonces se permitía el lujo de desafiar a los más poderosos, tanto en el fútbol español como en la Champions League, obtenía un nuevo éxito en una era en la que la escuadra coruñesa no solo luchaba con los más grandes, sino que era uno de ellos.
"Fue un día histórico para nosotros, un partido único que ya ves que se da una vez en cien años", ha subrayado Francisco González Pérez 'Fran' en un acto que ha tenido lugar esta mañana en el estadio Abanca-Riazor para recordar esa fecha mágica, que el domingo celebrará su 20 aniversario.
"Teníamos un equipazo, éramos un equipo muy temido, muy respetado, y éramos capaces de hacer grandes gestas. A pesar de que daban al Madrid como gran favorito con todos los galácticos y tenían todo preparado, fuimos capaces de hacer un partido de los mejores que recuerdo como profesional en el Depor, nos salió todo perfecto y pudimos hacernos con la victoria", relata el capitán, que aquella noche imborrable levantó una Copa que significaba más que un título. Era decirle al Real Madrid de Zidane, Figo, Raúl y Roberto Carlos, ‘ey, que somos el Depor, así que un respetito’.
Teníamos un equipazo, éramos un equipo muy temido, muy respetado, y éramos capaces de hacer grandes gestas
Sergio González y Diego Tristán, en los minutos 6 y 38, adelantaron al Deportivo en aquella final en la que la escuadra coruñesa terminó sufriendo, tras el gol de Raúl en el 58', pero hizo morder el polvo al conjunto madridista, que había engalanado su estadio para festejar los 100 años del club con la guinda copera y terminó atragantándose con un pastel envenenado que se tiñó de blanquiazul.
El eterno capitán no duda en calificar aquel encuentro como “uno de los tres mejores” de la historia del Deportivo.
“Estábamos en una época en la que veníamos de hacer partidazos increíbles y ahí coincidimos muchos jugadores. En marzo, no sé por qué, quizás por preparación física, estábamos muy bien”, apunta.
“Durante el confinamiento vi el partido, otros del Depor, y fue un partidazo en todos los sentidos, cómo entramos al campo, cómo estábamos enchufados, el fútbol que teníamos, cómo le jugamos al Madrid, y después en la segunda parte siendo un equipo muy sólido. En el Bernabéu creo que gané en tres ocasiones, es un campo donde es muy complicado ganar. Mentalmente estábamos muy preparados para jugar y fue una victoria más que merecida. Si no es el mejor partido de la historia del Depor, está entre los tres mejores”, presume.
Si no es el mejor partido de la historia del Depor, está entre los tres mejores
Manuel Pablo ha acompañado a Fran en el acto celebrado esta mañana y ha posado con el de Carreira junto al trofeo.
Al canario le tocó vivir aquella final de un modo distinto, desde la grada, ya que aún se recuperaba de la gravísima lesión de tibia y peroné que había sufrido el 30 de septiembre de 2001 en un lance con Everton Giovanella durante el derbi con el Celta de Vigo en Riazor.
"Lo viví casi con la afición, pero fue espectacular. Para mí hay dos sonidos, que la afición del Depor se hace con el estadio desde el primer minuto y la segunda es cuando meten el gol, que se oye un estruendo, parecía el zafarrancho de combate… estábamos en una época en la que competíamos de tú a tú con los grandes, confiados en lo que hacíamos, salimos convencidos. A pesar de la presión del Bernabéu, de la carga moral, estuvimos muy enteros, nunca nos echamos atrás y fue un partido muy completo", ha señalado el exlateral derecho.
Para mí hay dos sonidos, que la afición del Depor se hace con el estadio desde el primer minuto y la segunda es cuando meten el gol, que se oye un estruendo, parecía el zafarrancho de combate
Ambos se han fotografiado con la Copa, han posado ante las cámaras y han vuelto a pisar el césped de Riazor para recordar una gesta que forma parte de la leyenda blanquiazul.