La doctrina de lo inesperado

La doctrina de lo inesperado
Deporte Campeón-2014-10-13-013-05afb717

 

Hay delanteros que hacen gol de la ocasión más difícil y fallan la más fácil. El Bergantiños, como equipo, adopta esta doctrina. Fue mejor que el Villalbés en igualdad numérica (once contra once) y peor en superioridad (expulsión de Muíña a falta de media hora para el final). Tuvo opciones relativamente favorables para marcar pero anotó en la más inesperada: un córner directo ejecutado por Astray.
No salió goleado, ni Viuski brindó la tarde de su vida, pero el Villalbés no dio con la tecla. El Bergantiños, tal vez respaldado por la victoria en Sanxenxo, se exhibió superior, con un punto más de claridad y convicción.
El equipo de Javier Oreiro manifestó más presencia en campo contrario en los primeros minutos. El Bergan lanzaba un aviso: su intención era tener el partido controlado. Cristopher, un espectador más en el primer tiempo.
El dominio local se acentuó tras la lesión del lateral izquierdo Álex. Gilsanz dio entrada a Roberto Prieto, cambió de costado a Dani y le hizo hueco al recién incorporado en el centro de la zaga, desplazando a Javi Varela al carril derecho. La línea defensiva del Villalbés fue un auténtico desastre a partir de ahí, fundamentalmente en la zona de Javi Varela. Excusado o no por el cambio de posición, el nuevo lateral derecho fue un auténtico coladero. ¿Por qué? Astray no solo le ganó la espalda cuando se lo propuso, también lo superó en conducción -por fuera y por dentro-.
El Bergantiños llegó a gustarse, tanto que hasta lo refrendó con más de un detalle técnico de cara a la galería. Dos caños de Moreira, uno de Astray y un sombrero (en una baldosa) de Moreira a Hugo animaron a la afición local ante la falta de goles. Completando la mejor jugada de ataque del Bergan -circulación de derecha a izquierda con la intervención de Moreira y Piñeiro-, el balón le llegó a Astray. Sin la oposición de Javi Varela, orientó hacia dentro y sacó un derechazo que Viuski despejó a córner.
En el último (saque de esquina) del primer tiempo, Astray sacó raro y cerrado desde el lado izquierdo. Si raro fue el lanzamiento, más raro fue lo que sucedió dentro del área. Nadie tocó el balón, que entró limpio hasta besar la red. El tiempo rebosaba sobre lo reglamentario y, ni siquiera, hubo saque de centro. Descanso tras el 1-0.
Lejos de reaccionar tras tomarse un respiro, el Villalbés no pudo desprenderse del acoso local. Moreira (preciso) en la derecha, Astray (incisivo) en la izquierda, Gonzalo (exquisito) por dentro y Piñeiro (hambriento) en la punta amenazaron constantemente, pero conscientes del verdadero punto débil del rival.
Astray continuó haciendo diabluras y, tras sonrojar una vez más a Javi Varela, cedió a Piñeiro para que volease con la zurda por encima del larguero. El propio Roberto Piñeiro se plantó ante Viuski en dos ocasiones prácticamente seguidas (una de ellas en fuera de juego).
Gilsanz movió nuevamente a los laterales. Dani pasó a la derecha y Javi Varela a la izquierda, pero el Villalbés estaba siendo prácticamente nulo en ataque. Iván González no mostró la vitalidad necesaria para competir contra Sergio y Álex Canedo. Para colmo, Muíña se fue a la caseta en el minuto 62 por una entrada de tarjeta amarilla a Borja que fue sancionada con roja directa.
Incomprensiblemente, el Villalbés fue a más. Fraccionó su equipo con dos líneas de cuatro -Justino entre ellas- y lo intentó con más corazón que cabeza. En cambio, Javi Otero, sin espacio para correr, fue el principal activo en los ataques de su equipo partiendo desde la banda derecha y conduciendo hacia dentro.
El Bergantiños, que pudo sentenciar y no lo hizo, acabó (inevitablemente con el 1-0) sufriendo. El Villalbés tenía un cartucho guardado: el balón parado. Una falta lateral botado por Justino provocó la gran parada de la tarde. Cristopher salvó a su equipo, primero con las manos y justo después con la cara.
El Villalbés fracasó en su intento pero nunca perdió el norte. Aprovechó el desconcierto tras la expulsión de Muíña y la teórica obligación del Bergantiños, con un jugador más, de sentenciar para minimizar las diferencias entre unos y otros en la primera hora de partido.

La doctrina de lo inesperado

Te puede interesar