El Depor ensaya el repliegue para no caer en viejos errores

En los últimos encuentros de la temporada, con excepción del más reciente, ante el Espanyol, el Deportivo pasó apuros por dejar espacios en defensa después de frecuentar el área rival. Esas fisuras fueron grietas, por ejemplo, ante el Sevilla, que le endosó un 3-4 doloroso en Riazor.
Los problemas ya se habían evidenciado ante el Celta de Vigo y se repitieron ante el Valencia. El problema viene de lejos. El Getafe, en la primera vuelta, también exploró esa fragilidad blanquiazul. Al Coliseum Alfonso Pérez, el Deportivo va preparado y alerta.
Al míster se le ha visto bracear de pie, desde el banquillo, en numerosas ocasiones en las últimas semanas desesperado por el hecho de que sus extremos no corrieran hacia atrás. Incluso llegó a tratar el asunto públicamente en sus comparecencias ante los medios de comunicación, haciendo hincapié en la falta de ayudas a los laterales.
Con ellos (Juanfran y Luisinho), habló después del partido ante el Valencia, otra de esas citas en las que el Deportivo sufrió en defensa.
Posteriormente, antes del parón del campeonato, Víctor parcheó la situación ante el Espanyol retocando el centro del campo e insistiendo en las ayudas. El juego del conjunto catalán también le ayudó hasta que dio un paso al frente (y el Depor se desdibujó sin Álex Bergantiños) en los últimos minutos.
Y todo apunta a que en Getafe, el equipo herculino seguirá esa línea. Más solidaridad en el repliegue para que el adversario no saque tajada.
Ayer, el técnico dedicó buena parte del entrenamiento a ensayar la contención.
Para ello, formó dos equipos de ocho jugadores. Germán Lux, Juanfran, Álex, Sidnei, Canella; Lucas Pérez, José Rodríguez, Fariña; y Oriol Riera ante Fabricio; Laure, Insua, Manuel Pablo, Luisinho; Cuenca, Juan Domínguez, Hélder postiga y Toché. En el ejercicio, los dos grupos alternaron los ataques y el repliegue para cortar las contras.
Las acciones ofensivas se producían con superioridad de efectivos y, en consecuencia, las defensivas, en inferioridad porque los laterales del equipo que replegaba tenían que quedarse fuera del campo a la espera de que su equipo volviera a lanzarse al ataque.
El objetivo es que los extremos vuelvan tras atacar y contribuyan a frenar los contragolpes.
“¡Vuelta!”, ordenaban tanto Víctor Fernández como su ayudante, Roberto Cabellud, cuando finalizaba cada ataque.
Si alguno se quedaba arriba, insistían: “¡Hay que volver!”.
Y si la presión no era la adecuada, pronto había toque de atención: “¡Aprieta, Fariña, atento a la segunda jugada”.
El preparador deportivista volvió a pedir a los jugadores “comunicación” verbal en el césped, algo que ya había demandado en otras ocasiones. Quiere que acompañen los gestos con voz para ayudar al compañero, para darle indicaciones.
El tercer entrenamiento de la semana acabó con un partidillo en el que les solicitó “doce minutos de calidad”.
La preparación continuará hoy en Abegondo a partir de las 10.30 horas.