Augusto César Lendoiro, presidente del Deportivo, se ha visto obligado a tranquilizar al vestuario blanquiazul después de que en los últimos días, Manuel Pablo, Aythami Artiles y Juan Domínguez hayan admitido que la plantilla vive con preocupación la situación económica que atraviesa la entidad herculina.
Los testimonios de estos jugadores, con peso dentro del equipo, han hecho saltar las alarmas. Pese a la insistencia del dirigente blanquiazul en que la situación se resolverá en breve, los futbolistas no se han callado y han admitido la inquietud que sienten como consecuencia del concurso de acreedores y de la deuda que mantiene el club herculino con ellos, puesto que llevan varios meses sin cobrar.
El toque de atención de Manuel Pablo, Aythami y Juan Domínguez provocó que Lendoiro se reuniera con los capitanes del club para transmitirles “tranquilidad”, según reconoció el lateral derecho Diego Seoane en la rueda de prensa que ofreció ayer en Abegondo y según confirmó posteriormente otra fuente a este periódico.
El mandatario blanquiazul pidió a los jugadores que estén tranquilos porque espera que en pocos días se solucione la deuda que el club mantiene con la plantilla. E incluso les comunicó que esta deuda podría quedar saldada sin necesidad del convenio entre la entidad deportivista y sus acreedores.
El capitán del primer equipo, Manuel Pablo, el portero Dani Aranzubia, el defensa canario Aythami Artiles y el mediocampista Álex Bergantiños son los cuatro representantes que acudieron a la cita con Lendoiro.
Varios jugadores y el propio club, a través de su página web, admitieron la reunión que tuvo lugar el viernes. Sin embargo, lo que han negado es que hayan amenazado al presidente deportivista con llevar a cabo un plante en caso de no abonarles el dinero que les debe.
Quedan tan solo dos semanas para que se cumpla el plazo que da la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) a los clubes de Primera y Segunda División para que resuelvan las deudas que mantienen con sus respectivas plantillas.
Después del 31 de julio, todos los conjuntos que no hayan abonado a sus jugadores el dinero que les deben descenderán a Segunda División B.
Es normal que, debido al escaso tiempo que queda y a que los deportivistas llevan varios meses sin percibir su sueldo, la incertidumbre se haya apoderado de un vestuario que lo está pasando muy mal.