Cuestión de pura lógica

Cuestión de pura lógica
05 marzo 2015 Entrenamiento del Depor en Abegondo

 

Las sensaciones y los resultados no se corresponden. Las llegadas al área rival y los goles tampoco tienen relación. Las premisas se escapan a la lógica porque el fútbol no atiende a razones. El balón es el que determina si el silogismo es acertado o erróneo, y en el caso del Deportivo, en las últimas jornadas, se ha empecinado en no acabar en la red. Sin gol, no hay paraíso. Sin acierto, no hay victoria. Sin triunfos, no hay permanencia. Encontrar la puntería y mantener la solidez. Esa es la doble misión del equipo de Víctor Fernández esta tarde en el césped de Riazor.
Porque el fútbol no entiende de justicia y eso ha quedado claro. Por merecimientos, probablemente el Deportivo tenía que haber ganado al Levante y el Almería y haber sumado el empate en el Bernabéu y en el clásico gallego. Pero en esos cuatro encuentros, solo agregó dos puntos a la única cuenta que vale. No es la de la lechera, sino la de la clasificación.
Esa que dice que la zona de descenso está cerca y la permanencia, lejos. La tabla y el calendario anticipan las dificultades que habrá en el camino. Los dos próximos partidos serán ante equipos hechos de otra pasta, pero de la misma Liga, y con idéntico número de jugadores en el césped. El Deportivo demostró ante el Valencia que tiene argumentos para morder a los de arriba. En el Bernabéu plantó cara al Madrid y ante el Sevilla se le presenta otra oportunidad para sacar a relucir el orgullo tras la goleada de la primera vuelta. Ese ímpetu que tan bien representa Lucas, aunque a veces, como ante el Celta, arrastre demasiado al resto. Si es con cabeza, sensatez y entrega, seguro que el equipo tiene equilibrio y capacidad para superar al Sevilla.
Claro que el Deportivo tampoco es que haya levantado una fortaleza en Riazor, de donde volaron muchos puntos. El Deportivo en casa ha disputado trece partidos y ha ganado quince puntos. La cuenta es fácil, se han escapado 24. Hay que sellar el estadio, aunque no será tarea sencilla con los que quedan por visitar Riazor: Sevilla, Espanyol, Córdoba, Atlético, Villarreal y Levante. Solo dos equipos están de la mitad para abajo en la tabla después de 25 jornadas.
El Sevilla es uno de los que están en las posiciones privilegiadas. Un equipo sin término medio a domicilio, al menos en lo que a resultados se refiere. Gana o pierde, no empata. Cinco victorias, siete derrotas. Cuatro de ellas, consecutivas. No se impone fuera desde que ganó al Almería (0-1) el 11 de enero en el mismo escenario en el que al Deportivo se le mojó, como ante el Celta, la puntería. De nada sirvió disparar 25 veces, cinco o seis a quemarropa. No hubo puntería como tampoco la tuvo el Sevilla ante el Atlético de Madrid (0-0) en esa misma jornada.
En el caso del Deportivo, marcar se ha convertido en una obsesión.  La sequía genera ansiedad, nerviosismo. La única medicina es el gol. Lo tiene entre ceja y ceja Oriol Riera, negado desde que firmó por el conjunto coruñés. No aporta tantos pero sí trabajo. El rendimiento, eso sí, es insuficiente para un ‘9’. Baja balones, participa en el juego y se desgasta fuera del área. Es en ese rectángulo donde se le echa de menos. Cuando aparece ahí, lo hace más con el corazón que con la cabeza, desfondado. Tal vez los movimientos en los que le ha instruido esta semana Víctor Fernández le ayuden. La obsesión es mala compañera, así que el punta debe liberar estrés y atinar.

alineación
Oriol tiene la confianza del técnico. Hay nombres que parecen intocables. Fabricio, Juanfran, Sidnei, Luisinho, Álex Bergantiños, Borges, Lucas Pérez y el propio Riera. Otros tienen menos ganado el puesto y surgen las incógnitas. Lopo y Insua aspiran al centro de la zaga. El catalán vuelve tras sanción y lo hace, además, apercibido de otra por acumulación de amarillas. Ante el Celta no estuvo fino y le costó la roja. Pero Insua tampoco ha transmitido la seguridad que aportaba en Segunda.
En ataque, las dudas son producto de la competencia. Cuenca ha mejorado, pero si juega, en el banquillo habrá poco que ofrecer en ataque en el caso de que se tuerza el partido. Quizás por eso sea relegado a la suplencia. Vuelve Ivan Cavaleiro tras superar un esguince leve y Fariña va a más. Así que para dos puestos hay cuatro jugadores y la cabeza de Víctor Fernández es la que tiene la respuesta. Ojalá acierte. Igual que en las acciones de estrategia que ensayó en la intimidad, a puerta cerrada en Riazor, lejos de las cámaras de televisión, de las fotos y de los testigos. Hoy serán miles los que acudan a Riazor y ellos también tienen ganas de celebrar goles y triunfos.

Cuestión de pura lógica

Te puede interesar