Cuando te crecen los enanos...

Cuando te crecen los enanos...
Rebolo (i), que disputa un balón aéreo con Chicho, fue el tercero de los expulsados del Laracha ayer raúl lopez

 

El Laracha perdió un partido del que Extremadura Hernández perdió el control y, finalmente, los papeles. El As Pontes aprovechó las decisiones arbitrales para dar la vuelta al marcador (Taibo adelantó al equipo local) y conseguir tres puntos más que valiosos en el campo de un rival directo.
El árbitro acaparó la atención de un encuentro sin demasiada chicha. Pocas llegadas al área, pocas ocasiones, pocas intervenciones de los porteros y, hasta la primera decisión polémica, pocos goles.
El Laracha, mejor plantado que el As Pontes, sacó partido de un zurdazo de Taibo desde fuera del área. El balón, raso y cerca del palo izquierdo de la portería de Marcos, acabó entrando hasta el fondo. Punto para el equipo de Ambrosio Oróns que, ante las múltiples bajas, tuvo que reajustar su línea defensiva situando a Rebolo en el lateral derecho, a Beto junto a Róber en el centro, y a Pablo Vidal en la izquierda. La ausencia en punta de Dani Bea le abrió la puerta de la titularidad a un Taibo que, en el minuto 15, demostró haberla aprovechado con un gol.
El choque se puso cuesta arriba para un As Pontes con atrancos en la salida de balón. El Laracha, posicionado defensivamente en una zona que ni frío ni calor, solo permitía que combinasen con comodidad los defensas rivales. Con Iván González en punta (Sergio Arias baja por lesión), la salida directa nunca se produjo y el equipo azulón se ahogaba obcecado con el pasito a pasito.
Sin grandes ocasiones para abrir brecha, pero con sensación de control. La verticalidad de Alexandre en la derecha, la precisión de Denís por dentro y la capacidad de Brais para dar soluciones tanto en el juego aéreo como a ras de césped le permitían al Laracha plantarse en campo contrario con relativa facilidad.
El partido, manso, tranquilo e incluso aburrido, cambió totalmente en el segundo tiempo. Para empezar, al Laracha le crecían los enanos con un nuevo problema en la línea defensiva. Róber se quedó, lesionado, en el vestuario. Martín saltó al campo para ocupar la posición de Elmer, el nuevo central junto a Beto. El As Pontes hizo un movimiento interesante: Iván a la derecha y Chicho en punta.
Poco más de diez minutos del segundo tiempo habían transcurrido cuando Extremadura Hernández tomó la primera gran decisión polémica. Un centro desde la banda izquierda del ataque del As Pontes se paseó, sin que nadie rematase ni despejase, por el borde del área pequeña hasta llegar a la zona de Pablo Vidal, que tocó el balón, ¿con el muslo o con el brazo? El juez de línea, con mejor visión que el árbitro, no señaló nada, pero el colegiado principal no dudó en decretar penalti y enseñar la segunda tarjeta amarilla al lateral izquierdo del Laracha: penalti y expulsión. Bossa tiró raso y fuerte a la derecha de Damián, que se lanzó a la izquierda, para hacer el 1-1.
Impotente, el Laracha perdió el control afectado por la inferioridad numérica. La entrada de David Amado le dio más velocidad al As Pontes en la banda izquierda generando aún más problemas a Rebolo, reconvertido en este partido al lateral derecho. Fue a partir de una jugada del propio Amado, con conducción hacia dentro, como nació el 1-2. El pase interior para Iván González fue bueno, pero el control orientado de este aún mejor. Se plantó solo ante Damián y definió con clase y precisión por igual. Mazazo para el Laracha, que no sería el último.
Una falta de Beto en el círculo central a falta de diez minutos para el final fue la excusa perfecta para que un motivado Extremadura Hernández le mostrase la segunda cartulina amarilla. Las protestas de Rebolo invitaron al árbitro vigués a sacar la cartulina roja por tercera vez. De esta manera, el Laracha acabó el partido con ocho jugadores. Dos extremos (Alexandre y Kevin) fueron los laterales y dos medios (Élmer y Denís), los centrales. Por delante, Martín, Iago Iglesias y Miguel Taibo.
En esos últimos compases no hubo prácticamente nada. Dos ocasiones claras del As Pontes en las que no hubo precisión en la definición y la rabia de un Laracha en el que los futbolistas que seguían ‘vivos’ tuvieron que morderse la lengua, tragarse la derrota por la mínima y pasar página pese al mosqueo monumental.

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