Un Anxo caído del cielo

Un Anxo caído del cielo
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El Cerceda, directo y sin miramientos, dejó de ganar un partido desaprovechando un penalti en el 91 ante un Fabril con dudas que disputó sus mejores minutos tras el gol de Angeriz. Monsalve empató en una acción a balón parado y, cuando más peligro se generaba en el área de Valín, Edu provocó un penalti que Uxío mandó a los pies de Anxo.
Presión alta. El Cerceda arrancó el partido con la idea de asfixiar la salida de balón del Fabril. Y lo consiguió. El filial blanquiazul se vio superado por su rival en los primeros compases. Defensivamente, el equipo de Cuéllar salió con una marcha más. A nivel ofensivo, el juego directo sobre Uxío fue una pesadilla para los centrales fabrilistas. El nueve rojiblanco, tal y como hizo en el anterior encuentro en casa frente al Negreira, controló, prolongó y dio vida a cada balón que caía sobre él. En el once inicial cercedense llamó la atención la presencia en el lateral izquierdo de Peque y en el derecho de Javi Otero, quedando relegado Juan al banquillo. Javi cumplió con creces teniendo en cuenta que enfrente tenía al pichichi de la Tercera, Pinchi. Peque jugó una hora de altísimo nivel, pero cayó físicamente y, en los últimos compases, se vio superado por Borja Galán y Blas, que ganaron en infinidad de ocasiones la línea de fondo pero no sirvieron buenos balones a la zona de remate. 
De la propuesta inicial del Fabril nada llamó la atención. Cristóbal Parralo salió con el mismo once de la jornada anterior frente al Choco, el habitual en los últimos partidos. Fue llamativo el mal primer tiempo de Queijeiro, tomando malas decisiones continuamente en pases, controles y conducciones. Tampoco estuvo fino Pinchi, ni Galán. El primer acto, a los puntos, fue del Cerceda, que no tuvo profundidad por la izquierda (Peque y Uzal), pero sí por la derecha con Javi Otero y Cañi, que estuvo especialmente entonado en el desborde. Un zapatazo de Álex Ares desde fuera del área que salió cerca del palo y un chut de Pinchi desde la izquierda con la diestra fueron las únicas (y pocas) ocasiones destacadas del primer tiempo en el que sorprendió el cambio por decisión técnica de un Hugo Rama que lo estaba haciendo bien.
El inicio de la segunda parte le dio una alegría a la parroquia del Cerceda. De un saque de esquina, un tipo de acción que podría hacer daño al Fabril, nació el primer gol de la tarde. El balón colgado al área llegó al segundo palo, donde Pinchi controló y salió en conducción por el carril izquierdo. El ‘7’ del Depor B perdió la pelota, le llegó a Álex Ares y, con el exterior de la izquierda, metió el cuero en boca de gol, donde apareció el defensa más goleador del Cerceda en las últimas temporadas, Javi Angeriz, para acompañar el esférico hasta el fondo de las mallas.
La bofetada en forma de gol provocó en el Fabril una reacción positiva. No tardó en tomar el control, en arriesgar más en la salida de balón, en hacer correr a un Cerceda que acabó muerto físicamente. Poco a poco, el campo parecía inclinarse hacia la portería de Valín y se sucedieron las llegadas. Lucas y Pinchi por la izquierda y Blas y Galán por la derecha encontraron profundidad. El problema del Cerceda no estaba solo por fuera. Cuéllar sacó a Agulló, también a Álex Ares y acabó jugando con dos puntas (Abelenda y Uxío) y con Carlos y Cañi en las bandas. Mucha distancia entre líneas, mucho espacio para que Corredera, Queijeiro y Edu campasen a sus anchas. 
El Fabril empató tras un córner sacado por Corredera, prolongado por Pinchi en el primer palo y remachado de volea por Monsalve en el segundo. Con el 1-1, la sensación era de que estaba más cerca el 1-2, pero una interminable conducción del rojiblanco Edu terminó en penalti a favor del Cerceda. Uxío disparó a los pies de Anxo, un ángel caído del cielo para un Fabril que acabó con la sensación de haber salvado un punto ante un Cerceda que concluyó agotado.

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