Álex Corredera salva al Fabril de la mediocridad

Álex Corredera salva al Fabril  de la mediocridad
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A este Fabril me lo han cambiado. Eso debió pensar el aficionado blanquiazul que asistió a los partidos ante el Villalbés, la semana pasada, y ayer contra el Cerceda. Intenso, ordenado y con las ideas claras, el equipo de Ángel Cuéllar golpeó primero con un tanto de Agulló a la salida de un córner, discutió la posesión al filial y apenas concedió oportunidades. Un misil de Álex Corredera salvó el empate para un Fabril plano e impreciso, que no disparó entre los tres palos hasta la segunda mitad.
El partido estrella de la jornada defraudó. Fabril y Cerceda, llamados a terminar en la zona noble y que presumen de utilizar la posesión para generar ocasiones, se mostraron imprecisos. El filial sufrió para salir de su campo con el balón jugado y no dio ni tres pases seguidos. Parte de culpa la tuvieron los ‘lobos’ del Cerceda, tres cuartos y centrocampistas que apretaron sobre la salida visitante. Todo lo bien que estuvieron en la presión les falló en el último pase y la finalización. Errores y más errores transformaron el encuentro más esperado en uno del montón.
La película no pudo empezar mejor para los rojiblancos. Con el viento a favor metieron al Fabril en su campo y provocaron un córner en la primera llegada del partido. Álex Ares se sacó un golpeó de dentro a fuera y Agulló remachó en plancha y de cabeza, casi a ras de suelo. Fallaro las vigilancias y Anxo nada pudo hacer para evitar el gol.
Espoleado por el primer tanto, el cuadro local avisó con una nueva oportunidad de Abelenda. Trabajador e incómodo para los centrales, ganó la espalda y se plantó ante Anxo, que dudó en la salida pero resolvió la papeleta con un despeje cuando ya se cantaba el 2-0.
La empanada del Fabril duró unos cuantos minutos más y el Cerceda inquietó en otro saque de esquina. La nota negativa para los rojiblancos fue la lesión de Noé, que pidió el cambio por unas molestias cervicales. Poco a poco se desperezó el filial, pero nunca llegó a inquietar, ni siquiera a conectar con los Corredera, Óscar y Legaz. Rober, Iago, Juan y Edu, principales responsables de iniciar el juego de ataque blanquiazul, estuvieron muy imprecisos, los centrales especialmente, arriesgados e inseguros, pero el Cerceda no sacó provecho de las pérdidas visitantes en su propio campo.
Legaz, ausente en las últimas jornadas por unas molestias en la espalda, no entró en contacto con el balón hasta pasada la media hora. Y con tanta mala suerte que sufrió un pinchazo en los isquiotibiales que le obligó a dejar el terreno de juego. En su lugar entró el colombiano Otero, flamante fichaje. Impresionó por su velocidad y potencia, no así por sus recursos técnicos. 
El Fabril no remató hasta el minuto 36 y lo hizo por mediación del juvenil Blas con un centrochut desde la frontal del área. El lateral derecho estuvo seguro en defensa y participativo en ataque. En el carril diestro rival cumplió Bilal, que suplió al lesionado Noé y no desentonó pese a algún fallo y a que su posición habitual está en el extremo o la punta de ataque.

sin cambios
La segunda mitad arrancó como la primera y el Cerceda no hizo el segundo tanto de milagro. Abelenda, al que sólo le faltó el gol, marró un remate cruzado con la zurda que se escapó rozando el poste. Poco después avisó Agulló  con un trallazo desde unos 25 metros que se escapó por encima del larguero. 
El hijo del mítico exfutbolista del Deportivo cuajó un auténtico partidazo. Se comió el campo, en defensa y en ataque, y junto a Edu y Granada anuló la línea de medios del Fabril.
Pero ahí estaba Álex Corredera. Intermitente pero desequilibrante, generó peligro casi cada vez que entró en contacto con la pelota. Y el peligro se tradujo en gol con un espectacular lanzamiento de libre directo desde unos 25 metros, imparable para Javi Rumbo. Con el 1-1 Corredera apareció una y otra vez y a punto estuvo de sellar la remontada con otro trallazo desde fuera del área. También acarició el 1-2 Hugo Rama con otro disparo desde media distancia. El viento a favor empujó al Fabril, pero no fue suficiente.
En el área contraria sorprendió Martín, que con un slalom se plantó ante Anxo y remató al poste. En el rechace, él mismo la envió fuera. El partido se pudo decantar a favor de cualquiera, pero acabó en empate. Quizá el resultado más justo, aunque en el fútbol no importa la justicia.
Fabril y Cerceda ofrecieron más sombras que luces. No brillaron los jugadores más talentosos, que acabaron desesperados. Como Óscar, cansado de fajarse con dos centrales experimentados y contundentes como Juan y Angeriz. O como Álex Ares, desconectado y errático. Tal vez no era su día. 

Álex Corredera salva al Fabril de la mediocridad

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