As Xubias exige mano dura con los que dejan el coche en la acera

Llevan años sin poder desplazarse con los carritos de bebés o en silla de ruedas por su barrio. Las malas prácticas de los usuarios del Materno Infantil, que aparcan sus coches encima de las aceras, imposibilitan el tránsito de los peatones por el entorno del hospital.
Ante la puesta en marcha del nuevo párking que contemplará 366 plazas de aparcamiento, el presidente de la asociación de vecinos, Pablo Pedregal, solo espera que la zona recupere la normalidad y “la acera sea acera”. El portavoz exige mano dura a los conductores que infrinjan las normas de tráfico una vez que terminen las obras en el segundo trimestre del año que está a punto de comenzar.
Achaca que el problema viene de la “manía que hay en España de crear infraestructuras sin crear aparcamientos” y confía en que los coruñeses hagan uso de los 10.000 metros cuadrados para dejar su vehículo sin entorpecer la circulación de los que viven en el distrito. Para Pedregal, habrá plazas de sobra para evitar que el camino al Teresa Herrera siga siendo un torbellino que pone en peligro la seguridad de los que van andando.
En este sentido, el representante cree que la acumulación de turismos también tiene que ver con la falta de costumbre de utilizar el transporte público, aunque reconoce que tal y como está  planteado el trazado de los buses urbanos, la comunicación del resto de la ciudad con el Materno se complica. Pablo propone que A Coruña copie el modelo de Nueva York, donde dos lanzaderas de subida y de bajada pasan cada dos minutos por las paradas del centro.
Después, se habilitarían minibuses transversales “y no los monstruos que circulan ahora”, en los que los coruñeses realizarían un transbordo que los llevaría a sus barrios. De esta manera y habilitando un carril exclusivo para los autobuses de los recorridos principales, el servicio mejoraría en rapidez y las líneas específicas de las zonas podrían tener una mayor cobertura: “En la actualidad, si no eres usuario tienes que hacer un máster para entender las rutas. Te vuelves loco para saber hasta dónde vas a llegar”, señala Pablo.
Pedregal afirma que “es un desastre” porque al no ser efectivos los transbordos, “tienes que pagar dos veces” y al final “te compensa coger un taxi para venir hasta aquí”. Un cambio en el servicio y un mayor impulso de la bicicleta serían dos factores a tener en cuenta para darle una vuelta al tráfico rodado de la ciudad, según Pedregal: “En Nueva York vas como un misil y ya no te planteas la opción de desplazarte en coche”.