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jueves | 18 abril | 2024
La víctima pasó en tan solo unos segundos de estar muy asustada a completamente furiosa, cuando descubrió que la pistola oculta bajo la chaqueta con la que el atracador la amenazaba no era más que una botella. La hostelera obligó al presunto atracador a huir de su bar, situado en O Ventorrillo. Pero éste, un hombre de 37 años con varios antecedentes, cayó en manos de la Policía Nacional poco después.
Todo ocurrió el jueves cinco, a las diez de la noche. Eran sobre las 22 horas cuando en el establecimiento entró un varón con una gorra, ropa deportiva y sudadera rosa, que cerró la puerta y pidió que le sirvieran una cerveza. En ese momento la camarera estaba sola. Acto seguido, con una chaqueta en la mano y simulando llevar un arma escondida bajo ella, le dijo a la empleada que “le diese cien euros de la caja o le pegaba un tiro”.
Según fuentes policiales, la víctima se asustó mucho, y probablemente hubiera accedido a sus demandas si el atracador no hubiera realizado varios movimientos que dejaron al descubierto el tapón de una botella, en vez del cañón de un arma.
Aquello bastó para transformar el terror de la víctima en ira: se encaró con el individuo e incluso llegó a forcejear con él, hasta que dicha persona huyó del lugar. Nada más volver al bar, llamó a la Policía y le facilitó la descripción del sospechoso. Con estos datos, las autoridades establecieron un dispositivo de búsqueda por todo el barrio y poco después, sus esfuerzos daban resultado: varias dotaciones localizaron a un varón al volante de un vehículo que respondía plenamente con las señas físicas del autor, así que le dieron el alto.
Comprobaron que en el asiento trasero del coche había una prenda de ropa que envolvía una botella en su interior. También encontraron un rotulador en un compartimento del maletero. Además, al indagar si había tenido algún problema, manifestó espontáneamente que había “metido la pata” en un bar pero que al final no llegó a robar.
armas inusuales
De vez en cuando, la Policía Nacional investiga algún atraco en el que se ha empleado algún arma inusual. En los últimos meses hubo dos casos que trascendieran: el 21 de enero, un sujeto empleó un tenedor para amenazar a una víctima que estaba en la terraza de un bar de la plaza de la Tolerancia. El 23 de noviembre, se cometió un atraco en la calle de la Sagrada Familia en la que el sospechoso utilizó un cenicero de cristal
Pero el más reciente fue en abril, cuando la Policía detuvo la a tres individuos, dos hombres de 63 y 47 años y una mujer, de 37, como sospechosos de atracar a un sujeto que estaba durmiendo en un cajero. Emplearon para intimidar un frasco de colonia como un aerosol de pimienta para cegar a su víctima.
