La tradición todavía conquista a los vecinos de la Ciudad Vieja

La tradición todavía conquista a los vecinos de la Ciudad Vieja
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La Ciudad Vieja celebró ayer su magosto y el Samaín, con un poco de retraso, bajo el paraguas de la Festa do Outono. La asociación de vecinos del barrio, con el apoyo de empresarios particulares, la agrupación de comerciantes y el Ayuntamiento, echó el resto para llenar de actividad la plaza de Azcárraga durante toda la tarde. 
El principal atractivo, como no podía ser de otro modo, fue la degustación de las castañas regadas con vino. Pero no solo de comer el fruto del otoño gallego fue la fiesta, sino que hubo oportunidad de rematar a las últimas calabazas de la temporada de Halloween. A primera hora de la tarde los niños comenzaron a meterle mano a las calabazas y calacús para vaciarlos y crear unos rostros terroríficos acorde a la ocasión. Más tarde esas mismas caras se pasearon por el casco histórico en una procesión con ritual druida incluido. 
La celebración, que contó con música y concursos, se cerró con una espectacular queimada. n

La tradición todavía conquista a los vecinos de la Ciudad Vieja

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