Los tres sindicatos claman contra la reforma laboral y el empleo precario

Los tres sindicatos claman contra la reforma laboral y el empleo precario
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Un año más A Coruña se echó a la calle para celebrar y, sobre todo, reivindicar el Día del Trabajo. Cientos de personas, comandados por las tres grandes centrales sindicales, reclamaron la supresión de la reforma laboral por considerar que no es válida. Los líderes comarcales de UGT, Comisiones Obreras y la CIG abogaron juntos –aunque en dos marchas– por luchar contra la precarización laboral que ha creado la figura del trabajador pobre y demandaron que el futuro Gobierno central anule la conocida como ley mordaza. 
Las cifras de seguimiento facilitadas por los sindicatos y las fuerzas de seguridad volvieron a bailar –según los primeros hubo miles de personas, según los segundos sumando la convocatoria de CGT y CUT solo 1.750 ciudadanos recorrieron las calles del centro– pero lo importante fueron las consignas y, más aún, las reflexiones que los secretarios comarcales lanzaron en un contexto preelectoral.
El representante de UGT en A Coruña, José Carrillo, comentó que el lema conjunto con CCOO era “unha reivindicación contra a pobreza salarial e social”. “O que pedimos é traballo e dereitos aos que lles fixeron moito dano a reforma laboral e os recortes”, subrayó. 
Carrillo tiró de estadísticas para señalar, preocupado, que en la comarca hay más de 41.000 parados, de los que unos 20.000 no reciben ninguna prestación. Con este panorama la pobreza en Galicia ya se sitúa en el 16% “e vai subindo cada ano”. Para UGT es preciso un “plan de choque industrial e que todo o mundo teña unha prestación por desemprego”. Pero esta no fue la principal preocupación del Primero de Mayo. El discurso se centró mucho en un enfrentamiento total contra la figura del trabajador pobre. 
“Hoxe o que se fai é unha humillación ao empregado, un abuso descarado por parte das empresas”, denunció Carrillo, para el que los sindicatos son hoy “máis importantes que nunca para loitar contra esta situación de indefensión”. 
El secretario general de la comarcal de Comisiones, Demetrio Vázquez, compartió cabecera y pancarta con él y también muchas de sus opiniones. “Este ano queremos combater a pobreza salarial e social non só da xente que non ten traballo senón daquela que si o ten e aínda así non lle chega para vivir”. 
“Hai poucos anos ter un emprego significaba non pasar apuros e poder manter á familia e agora vivimos na precariedade”, incidió, aludiendo a la despenalización –a través de la reforma laboral– de los tratos supuestamente abusivos de las empresas hacia sus plantillas. 
Sus demandas son la creación de puestos, el cambio de la políticia económica “ porque a austeridade non é a solución” y la subida de los salarios, incluido el mínimo interprofesional a 800 euros. Vázquez ve alguna posibilidad si el giro en esta “segunda oportunidad” de las generales es a la izquierda. 
El líder de la CIG en la comarca, Xabier Filgueira, exigió “ a derogación das reformas laborais e a anulación da lei mordaza”.  A su juicio, esta norma fue “o complemento desas políticas porque as medidas de tipo represivo sacan da rúa á xente, evitan as manifestacións sociais”. 
Respecto a los puestos de trabajo, antes de marchar hacia la Subdelegación del Gobierno, el sindicalista recordó que “o pouco emprego que se crea é sen dereitos, de xornada parcial por riba da completa, temporal en vez de indefinido... e con salarios moi baixos”.

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