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viernes | 19 abril | 2024
El juzgado de lo social número 1 acogió ayer la vista del juicio por el despido de la concejala socialista Silvia Longueira, que había sido nombrada directora de la Fundación Luis Seoane en 2004. El término de la vista, la edil aseguró que la Fiscalía había “apreciado la improcedencia” del cese de la socialista.
Longueira destacó que afronta este proceso “con la fe que uno tiene que tener en el sistema judicial y en la democracia”. En esta línea, añadió que no le parece que “a estas alturas del siglo XXI uno tenga que estar justificando que pertenecer a un partido político sea incompatible con una profesión”.
“Creo que tengo todo el derecho a seguir haciéndolo, y es por lo que estoy en un litigio en el que espero que se me reconozca”. A estas palabras, la edil resumió que “está en tela de juicio la nulidad del despido”, al entender que las causas que han alegado para aplicar un despido disciplinario “no pudieron ser probadas”, indicó.
Testigos
La socialista presentó como testigos al patrono y albacea de la fundación, Xosé Díaz. A la vicepresidenta, Ana Fernández y a los miembros de la fundación Manolo Gallego y Carmela Montero, además del vigilante Jaime Soto. Por su parte, la Fundación Luis Seoane llamó a testificar al patrono Pedro Vasco, Emma Fernández y Pía Rego.
Durante el juicio reprodujeron unas grabaciones en las que Ana Fernández “reconoce en dos ocasiones que Longueira tiene que elegir entre la fundación y su profesión política”, en 2011 y 2013, cuando advierte a la edil de que la “va a cesar”, afirmó Longueira.
“En las otras conversaciones los patronos reconocen motivos políticos detrás de mi despido”, añadió la concejala.
Por su parte, el nuevo director de la Fundación Luis Seoane, David Barro, prefirió no hacer declaraciones a la salida del juicio y se limitó a afirmar que se dedica a “temas culturales, no sensacionalistas”.
Barro fue elegido como nuevo director de la fundación el pasado mes de febrero, dos meses después de la apertura de la convocatoria para el cargo y después del cese de Longueira. Una decisión que el Ayuntamiento justificó para “imprimir otra velocidad” a la entidad. n
