De Santa Bárbara a Hércules de Armamento

De Santa Bárbara a Hércules de Armamento
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La Coruña al inicio del conflicto militar que envolvió la Guerra Civil española no contaba con fábrica alguna de armamento; será por tanto al amparo de aquella guerra cuando surge la necesidad de establecerla en La Coruña, para poder abastecer a las unidades del Ejército del Norte, al mando del general Franco. Subsidiaria de Trubia en Asturias, nació así la Fábrica de Armas de Santa Bárbara en la ciudad coruñesa a comienzos de julio de 1937. 
Ocupa en primer lugar la edificación de Correos y luego sus instalaciones se amplían a los grupos escolares de Curros Enríquez en la calle de la Torre y al Eusebio da Guarda, en la plaza de Pontevedra, así como a los talleres de la Torre, próximos al Cementerio General. La solución definitiva para su nueva ubicación no llega hasta 1941 en que se formula la propuesta de que la Fábrica de Armas se levante en el lugar de Pedralonga, cuyos terrenos serán comprados por el Municipio y entregados al Ramo de la Guerra, libres de cargas. Durante varios años se siguió dando vueltas a este asunto de dónde levantar dicha industria militar, pero finalmente en 1958 se inaugura por fin aquella fábrica.
Llegó a tener un importante papel en la industria de armamento en España y también en el ámbito civil, como es el caso de que durante el desarrollo industrial español de los años 60 del pasado siglo XX, fue proveedor de piezas mecánicas para las marcas Citroen, Enasa, Motransa y Seat, todas ellas del sector de automóvil, así como para la fábrica de máquinas de coser Refrey. Entre sus principales logros se encuentra el sistema de dirección de los autos marca Citroen, dos caballos, que constituyó el éxito más sonado de la época.

producción
En lo que respecta al armamento, se fabricó en A Coruña, el famoso fusil Máuser y el de asalto Cetme, cuya eficacia le llevó en 1958 a que la empresa alemana Heckler & Koch solicitase su patente para producirlo en Alemania. Algo muy curioso porque años después volverían a estar relacionadas ambas empresas en asuntos de cooperación militar. 
Cabe destacar que entre sus numerosas instalaciones de todo tipo, había un economato que, en aquellos difíciles tiempos de la posguerra proporcionó a las familias de aquellos productores, los géneros de primera necesidad que estaban racionados o costaba conseguir en cualquier otro establecimiento de la calle.
La primera crisis de la Fábrica de Armas coruñesa, estalla en 1966. Desde ahí vivirá en crisis permanente hasta nuestros días. En aquel año la empresa se ve abocada a realizar una regulación de empleo y de jubilación anticipada de muchos de sus productores, hasta que se cierra de forma temporal al iniciarse la producción de piezas mecánicas para la industria civil, así como de la fabricación del rifle deportivo marca Coruña.
Entre los años 1987-1988, el Gobierno acuerda,que la fábrica coruñesa se convierta en la única suministradora de armamento ligero al Ejército español, lo que lleva aparejadas cuantiosas inversiones que permiten a esta factoría en 1994 obtener sus mejores resultados económicos de todo el grupo Santa Bárbara. Pero los problemas no cesan, en esta ocasión como consecuencia de la integración española en la Organización del Atlántico Norte (OTAN). Las necesidades de armamento se desploman y con ello la plantilla de la factoría en La Coruña. Sí en la década de los años 40 del pasado siglo XX había en plantilla más de 1.200 productores, pasó a tener en 1992 apenas 302 de aquellos cualificados trabajadores.

declive
A partir de ahí, todo fue un cúmulo de despropósitos y errores.En 1995 se preveía su fusión con otro grupo industrial de discos duros de ordenador, promovido por las empresas San Carlos y Eurostor, que contaba con el apoyo oficial de la propia Santa Bárbara y Sodiga y en 1997 se presenta un nuevo proyecto, pero ambos resultan infructuoso. 
Entre fórmulas de proyectos, la fábrica sigue trabajando como puede o le dejan hacer, y así se procede a fabricar el nuevo modelo de fusil para el Ejército, el G-36E, calibre 5,56 milímetros, el cual sustituirá al famoso Cetme que venía utilizando desde hacía más de 40 años. El pedido se fija en más de 115.000 unidades a producir en los siguientes siete años, a partir del 2000, aunque luego hubo un arreglo y apenas se llegó a producir en La Coruña una pequeña cantidad de dicha arma, al tener que compartir con otras fábricas su producción industrial. 
También se fabricaron piezas para carros de combate en unos momentos en los que se hablaba de su privatización en 1999 . En aquel momento la plantilla estaba compuesta por apenas 214 obreros, muy lejos de lo que había sido su nómina en la época dorada de la Fábrica de Armas. Esta languidecía de su mejor pasado, aunque sí se contase con carga de trabajo que se podría ampliar a los 300 productores en caso del programa de mecanización de los carros de combate Pizarro, piezas y recambios para el fusil G-36E y para la ametralladora ligera “melli, así como piezas para el nuevo carro Leopard.

venta
Los rumores de la venta de la Fábrica de Armas, saltan en el año 2001, en que se vende a una empresa americana. Así, se cede el solar y sus instalaciones por espacio de diez años prorrogables a la firma General Dinamics. Los trabajadores presentan recurso contra esta venta ante el Tribunal Supremo y este confirma la legalidad de la venta de Santa Bárbara en el 2004. 
A partir de ahí sería un continuado toma y daca por ambas partes, hasta que aparece en el plano la empresa con sede en La Coruña, Hércules de Armamento, cuya carga de trabajo se basa en el sector civil y la alta tecnología, prometiendo tener una nómina de unos 155 trabajadores en el otoño del 2015. Por ahora, cuenta con algunos habían pertenecido a la antigua plantilla.

De Santa Bárbara a Hércules de Armamento

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