Cuando regresó a su hogar de la calle de Álvaro Cunqueiro, después de visitar a su marido, que estaba hospitalizado, Ana Lucía descubrió que faltaba la cerradura. “La puerta estaba cerrada, pero no había bombín”, explica. Por un momento, pensó que se había equivocado de piso. Luego se dio cuenta de lo que había pasado y llamó a la Policía Nacional. Y, una vez hizo recuento de lo robado (sobre todo joyas), telefoneó a su seguro del hogar, una llamada que cada vez es más frecuente, como reconoce el decano del Colegio de Mediadores de Seguros, Juan Sánchez-Albornoz: “En los últimos dos años, el número de hogares coruñeses con seguro del hogar creció entre un 8 y un 10%”.
Este crecimiento estimado coincide con el gran incremento de robos en pisos que tuvo lugar durante 2014, cuando se multiplicaron los allanamientos hasta superar los 400 casos. Fue una ola criminal que alarmó a la opinión pública. Un año después, se redujo en casi un 60%, pero a los coruñeses les costó olvidar las numerosas noticias de pisos desvalijados cada fin de semana. No solo aquí, sino en el área. “Cada vez que ocurre algo así, hacemos un barrido para ofrecer pólizas”, confiesa el decano.
Por encima de la media
El propio Sánchez-Albornoz reconoce que se trata de una estimación, puesto que no existen datos locales, pero considera que se aproxima bastante a la realidad. El resultado es que el incremento de seguros del hogar superó con creces la media nacional, de 3,41% y es aún más significativo si se tiene en cuenta que el del hogar es uno de los seguros más comunes, puesto que lo incluyen todas las hipotecas. Aunque hay algunos hogares que simplemente no se aseguran porque no cumplen las mínimas medidas de seguridad.
Recientemente, los ladrones de pisos se han cebado en las segundas viviendas del área metropolitana, en municipios como Bergondo o Sada, causando preocupación entre los regidores, hasta que recientes actuaciones policiales desarticularon un par de bandas. Pero el botín no siempre se recupera y “el problema es que asegurar una segunda la vivienda es entre un 30 y un 40% más caro que la primera”.
Además, las aseguradoras tienen en cuenta otros factores, como si el domicilio cuenta con una puerta blindada o si tiene rejas en las ventanas o alarmas. Todas, precauciones básicas que tampoco son demasiado comunes en Galicia, donde el hecho de ser una comunidad bastante segura vuelve demasiado confiados a los dueños. “Y es algo que no tenemos muy asumido aquí, lo de poner rejas en las ventanas”, señala el decano.
Otro factor de riesgo que toman muy en cuenta las compañías de seguros es la distancia que media entre la casa en cuestión y otras de su entorno. “Sabemos que una casa que está fuera de un núcleo poblado tiene más posibilidades de ser asaltada”, explica el decano del colegio de Mediadores de Seguros. Y eso es más cierto aún en Galicia, donde la dispersión poblacional es uno de los rasgos característicos del entorno, como el exceso de confianza de los lugareños.