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miércoles | 8 mayo | 2024
Después de mucho esperar, las vallas que cercaban el cruce de las calles de rey Abdullah y alcalde Pérez Cepeda fueron retiradas por operarios municipales. Pero aún así, apenas se registró actividad: después de tanto tiempo cerrada al tráfico, la mayor parte la evitaba, como un callejón sin salida. Han sido más de ocho meses de espera desde que las obras concluyeron bajo la gestión del anterior Gobierno municipal, y muchos habían llegado a creer que no acabaría nunca.
Las obras habían empezado en mayo del año pasado, pero había tenido que paralizarse en septiembre del año pasado con el derribo de una vieja casa de dos pisos situada en al esquina con el callejón de los Cristales y que se había convertido en un tapón urbanístico. Tras entregar su propietaria las llaves (era una vivienda unifamiliar) todo había seguido su curso. El proyecto se enmarcaba dentro del Plan Conecta Finisterre, y permitió añadir 20 nuevas plazas de aparcamiento en línea y abrir la parte de la plaza Porticada que ya está finalizada, así como promover su completa ejecución.
Ya había papeleras, bancos, se pintaron las plazas de residentes y las de zona ORA, con el parquímetro incluido. Todo estaba listo. Se esperaba que se pudiera abrir a principios de año, pero el tiempo pasaba sin ninguna explicación sobre el retraso.
documentación
La razón era que el arquitecto de la promotora a la que se le encargaron los trabajos no había presentado la documentación correspondiente al fin de la obra, de manera que el Ayuntamiento no podía recepcionarla ni abrirla al disfrute de la ciudadanía. Mientras tanto, el grupo municipal del PP cargó contra el Gobierno local por no haber podido abrir la obra que ya llevaba retraso durante su administración, considerándolo un ejemplo de mala gestión.
Poco a poco, la basura empezó a acumularse en el tramo vallado y vetado al paso tanto de los peatones como de los vehículos, deteriorando un espacio antes incluso de que hubiera sido estrenado. Los coches habían comenzado a emplearla como un aparcamiento, estacionándose contra las alambradas, dado que la zona cuenta con pocas plazas. Ahora por fin cumple con su función de comunicar las calles de Fernando Macías en uno de sus extremos con la avenida de Finisterre en el otro.
