Restaurantes con estrella y mucha dedicación

Restaurantes con estrella y mucha dedicación
El Ideal Gallego-2014-11-21-013-cf372cd6_1

En un momento en el que los chefs son considerados como genios y las estrellas que concede la Guía Michelín son el principal medidor de su magia, hay restaurantes en los que por encima de los reconocimientos de la crítica está la satisfacción del trabajo bien hecho día a día.
Los tres locales coruñeses que mantienen su estrella Michelín un año más apuestan por esta forma de entender la profesión; primando la constancia y sobre todo, la idea de superarse para lograr la satisfacción de sus clientes.
Aunque sus chefs coinciden en que la recompensa de la estrella es una alegría como pocas, tanto Luis Veira (del Árbore da Veira) y Beatriz Sotelo (de La Estación de Cambre) como Iván Domínguez (de Alborada) apostillan que el reconocimiento diario, el de los clientes que valoran y entienden lo que hacen en las cocinas es la máxima gratificación.
Es esta base sobre la que trabajan para seguir mejorando, manteniendo la calidad y el rigor en su tarea. Porque al margen de los galardones, los cocineros tienen claro que su profesión es una carrera de fondo en la que la constancia es la clave. Por eso, no es la condición de tener una estrella Michelín lo que hará que planeen cambios en sus restaurantes, sino la certeza de que al final del año tienen que ser “365 veces mejor” que el 1 de enero. Lo dice Iván Domínguez, que con unos meses al frente de los fogones de Alborada recuerda a los miembros del equipo que le abrieron el camino al premio de la crítica. “Una punta de esta estrella es suya”, asegura, en especial en referencia a Diego Bello , anterior chef del local.
Su nombre y el del resto de compañeros que pasaron por el restaurante salió en una comida que todos los miembros del grupo hostelero al que pertenece Alborada celebraron ayer para celebrar la estrella. Otros, como el equipo del Árbore da Veira, tendrán que esperar a la noche de mañana para hacer los brindis. “El trabajo manda”, bromea Luis Veira.
Sin poder desvelar cómo dará a una vuelta a su propuesta, siempre en la línea que lleva el local, matiza, adelanta que el primer cambio evidente estará en la vajilla y la cristalería.
Beatriz Sotelo tiene claro que en La Estación se mantendrá el sistema habitual de ofrecer una carta con cada estación del año y diferentes degustaciones. Buscará mejorar en la puesta en escena y la interactuación con los clientes. “Cuando entran en casa tienen que notar que son importantes”, resume la filosofía de su trato con el público.
Con la sonrisa fácil en una día en el que todo son felicitaciones, “de amigos, compañeros, clientes y personas cercanas al mundo de la cocina”, coinciden, ninguno de los tres piensa en buscar una segunda estrella. Su objetivo es evolucionar, ir a más, pero sin los parabienes de los críticos como meta.
Los tres forman parte de un firmamento en el que, considera Beatriz Sotelo, “los cocineros cada vez trabajan mejor y se preocupan más por la profesión”. Indispensable para que se concedan estrellas Michelín y se llenen los comedores de clientes satisfechos.

Restaurantes con estrella y mucha dedicación

Te puede interesar