Reportaje | Periódicos de la capital se hicieron eco de los asesinatos de García Pumariño

Reportaje | Periódicos de la capital se hicieron eco de los asesinatos de García Pumariño
Pintura de Hipólito Leconte de 1828, de la batalla de Santa Margarita en 15 de julio de 1823, en la que se ve en primer término al general francés Bourke y sus ayudantes

Continuando con el relato iniciado semanas atrás, hemos observado la lista de asesinados el 27 de julio de 1823, que fue más que variopinta. Esto sucedió debido a la situación de la ciudad en el momento en el que se produjeron los hechos, sitiada por ejército francés. Entre los presos había desde bandoleros hasta acusados del golpe de Estado.
No deja de ser curiosa la relación, en la cual aparecen algunos encausados por robos y fechorías y presos en San Antón junto a los realistas más afines al monarca Fernando VII, por lo que la orden cursada por el propio Méndez Vigo o quien fuese en ese momento el responsable de trasladar semejante aberración, llevaba una doble vertiente política y de ejemplaridad contra los acusados de bandolerismo de eliminar a unos elementos que convulsionaban el orden civil. Muy posiblemente tras la entrada en A Coruña de las tropas francesas, estos se camuflarían con los realistas y seguirían en sus fechorías, mientras que los condenados por la causa de golpe de Estado, contra los liberales, quizás también libres, se encargarían de hacer cumplir su justicia a los propios liberales. Después de haber perdido esta guerra civil, el odio reinaba en ambos bandos con suma efervescencia y unos fustigaban contra los otros. De ahí posiblemente que Juan García Pumariño, se encargase personalmente de evitar males mayores tras la entrada de los franceses en la plaza coruñesa.

Medios de comunicación
La primera noticia que se tiene de estos asesinatos sería el de un diario de la Corte madrileña “El Restaurador”, un órgano oficial de la Regencia, que por entonces dirigía el mercedario de origen gallego, Fray Manuel Martínez Ferro, quien dispondría de varios colaboradores en A Coruña y en donde había residido durante algunos años, de modo que en el número que se publica el 13 de agosto de 1823, se podía leer: “Se nos asegura que todos los presos del castillo de San Antón, que no bajaban de 50, han sido degollados y que sus cadáveres atados espalda con espalda, fueron arrojados al mar”. La noticia no dejaba lugar a dudas, la única diferencia es que no fueron degollados, sino arrojados al mar y las aguas hicieron el resto.
Mientras que la Gaceta de Madrid, daba la noticia al día siguiente, al recibir una información que procedía de A Coruña, fechada el 4 de agosto, en que se comunicaba que ya habían sido recuperados los cuerpos de los ahogados. La lista continúa con decenas de nombres que se deben conocer...
Domingo Baso y Mozo, secretario de decretos del rey Fernando VII, pretendió un golpe de Estado para impedir que se reuniesen las Cortes, evitando así el juramento del monarca como exigían los liberales. Fue detenido y procesado en Burgos, cuyo tribunal le condenó a una pena de diez años de prisión, parte de la cual la sufrió en el penal del castillo de San Antón de Coruña.

José Manuel Erroz, capellán del Rey Fernando VII y canónigo de Burgos, estuvo inmerso en la misma causa que el anterior y condenado también a diez años de prisión, que cumplió en el penal del castillo de San Antón de A Coruña.
Isidro Astorga, natural de Matapozuelos, capitán retirado y administrador de rentas en Valladolid, quedó inmerso en la misma causa anterior y sufrió una pena de prisión de diez años, que cumplió en el penal del Castillo de San Antón de Coruña. Dionisio Carro, natural de Valladolid, capitán de Caballería, inmerso en la misma causa y con igual pena de prisión que cumplió en el penal del castillo de San Antón de Coruña.
Jorge Crespo, encausado en el mismo complot y se le aplicó la misma pena que a los anteriores.
Antonio Ordóñez, presbítero y músico de la Capilla Real, inmerso en la misma causa e igual condena.
Francisco Barrio, presbítero, arcipreste de Modubar de la Emparedada (Burgos). Resultó inmerso en dicha causa e igual pena de prisión.
Agustín Escudero, comprendido en dicha causa e igual pena.
Salvador Escandón, Brigadier de los Reales Ejércitos, comprendido en dicha causa. Le fue perdonada la vida a dos de sus hijos Juan y José María Escandón, al parecer debido a la orden librada por el Gobernador Méndez Vigo. Francisco Pereira, teniente coronel, de Orense. Carlos Teodoro Gil, natural de Santander, teniente coronel.
José Fernández, natural de la Mezquita (Orense), fue acusado de formar una partida realista.
Andrés López de Navia, natural de Gonzar-O’Pino (Coruña) de 35 años y un completo historial delictivo, fue considerado bandolero.

A Ramón García, Gobernador de Marín (Pontevedra) lo arrestaron por apoyar a la partida de Cotobade (Pontevedra)
Andrés Antelo, vecino de Carballo, inserto en una causa por bandolero y pertenencia a la gavilla de Vimianzo.
Esto consta en el Registro del Archivo Histórico del Ministerio de Justicia de Madrid 1823-1824 y es de agradecer a Xosé Ramón Barreiro Fernández su inestimable ayuda en la elaboración de este listado.

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