Reportaje | El Gran Hermano se somete al escrutinio de los coruñeses

Reportaje | El Gran Hermano se somete al escrutinio de los coruñeses

Hoy en día, prácticamente no se puede circular por una calle sin descubrir la lente de una cámara observando sin un parpadeo lo que está ocurriendo las 24 horas del día. A veces, uno se pregunta quién se encuentra al otro lado de la cámara. En el caso de A Coruña, es muy probable que se trate de un Policía Local, puesto que el Ayuntamiento dispone de casi un centenar de cámaras y otros sensores que ayudan a controlar la circulación y el estacionamiento.  Estos aparatos los que están distribuidos por la ciudad y sin ellos, controlar el tráfico sería una labor mucho más difícil
Todos esos ojos electrónicos son controlados desde la sala de pantallas que la Policía Local mantiene en el edificio de la estación de bus. Pero durante estos días, con motivo de la Semana de la Movilidad, se han cambiado las tornas porque han sido las pantallas las que han tenido que aguantar el escrutinio de los ojos curiosos de los visitantes que han acudido cada día, igual que los agentes que las controlan han tenido que someterse a sus preguntas. En grupos tantos grandes como pequeños, algunos solo compuestos por tres personas, aunque ayer, por ejemplo, se congregaron hasta 30 personas en un solo turno.
Pero aunque todo el mundo sintiera curiosidad, el foco lo ponían en distintas partes. Por ejemplo, a los niños les fascinaba  la idea de que podían observarles en todo momento. Incluso para unos menores nacidos en la era de las imágenes, en la que los móviles y ordenadores han convertido las fotografías y videos en algo que todo el mundo puede hacer en cualquier momento,  ver cómo los policías enfocaban la calle resultaba emocionante. 
Los agentes preguntaron a los niños donde vivían y disponían en la pantalla la calle donde se encontraba su casa. Algunos ya habían estado allí anteriormente en una vista organizada por la escuela o habían recibido a losa gentes encargados de la educación vial, pero eso no les impidió divertirse. Uno de los objetos que más suscito su interés fue un viejo mapa luminoso donde antiguamente se señalaban las incidencias del tráfico. 
En cambio, los adultos pasaron a cosas más serias: que querían saber era dónde se encuentran los radares, donde se sanciona más o si se desde allí se denuncia el estacionamiento en doble fila. Y así es: desde la sala de pantalla cuentan con 54 cámaras solo para vigilar el tráfico. El resto se encarga de los carriles por donde transcurre el bus por el centro de la ciudad o el fotorrojo. Porque cuando el Gran Hermano parpadea, es para sacar una foto. l

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