Reportaje | La felicidad infantil que sobrepasa cualquier tolerancia

La plaza de la Tolerancia, el centro de la vida en común en el barrio de Ciudad Escolar, era ayer una fiesta, con docenas de niños correteando de un lado a otro y profiriendo chillidos, ansiosos por jugar en la aldea multicolor que había surgido de un día para otro donde antes no había sino cemento. Sus padres contemplaban como entraban y salían de las casitas, se deslizaban por los toboganes o como se columpiaban de un lado a otro con una satisfacción que rivalizaba con la de ellos, aunque no la exteriorizaran de forma tan sonora. 
Entre ellas se encontraban las dos madres que habían luchando porque el proyecto se hiciera realidad: Carmen Ares y Silvia Ron. Ellas tienen muy a gala vivir en Ciudad Escolar. “Somos de barrio, y queremos que nuestros hijos crezcan aquí, y queríamos que tuvieran lo que tienen en otros barrios”, explican. Así que reunieron 500 firmas y armadas con ellos se dirigieron al Ayuntamiento para pedirles que la pequeña zona de juegos que entonces existía en la plaza se convirtiera en un verdadero parque infantil. 
“Era un problema, porque había columpios para niños pequeños pero no para mayores de cinco años, así que estos se aburrían”, denuncia Ron: “Nosotras éramos las atracciones de los niños”. El propio alcalde, Xulio Ferreiro, que acudió con motivo de la inauguración acompañado del concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, y la concejala de Participación Ciudadana, Claudia Delso, reconoció que se trataba de ”unha reivindicación histórica”. . 
Tras una inversión de 156.000 euros, ahora las familias disponen de una superficie de juegos cinco veces mayor que la anterior, con integrada con las zonas verdes del área y rodeada de una valla. La asociación de vecinos de la zona mostró también su satisfacción por el hecho de que el proyecto que se concretó fuera exactamente el mismo que les presentaron. Por su parte, Varela aprovechó para anunciar actuaciones semejantes próximamente en la plaza de Isaac Díaz Pardo, San Pablo y la reforma de la plaza Elíptica, de manera que la alegría infantil rebasará la Tolerancia. l