Reportaje | Los datos de medio mundo pasan a diario por una oficina de Pocomaco

Reportaje | Los datos de medio mundo pasan a diario por una oficina de Pocomaco
Responsables del centro charlan en medio de una de las zonas de trabajo | javier alborés

Escondido en el complejo callejero del polígono comercial de Pocomaco, en unas naves dedicadas a oficinas, funciona un centro de investigación y desarrollo puntero a nivel internacional: el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG). Aunque cinco de los seis espacios similares de la comunidad están en Vigo, el ITG se ha hecho un hueco importante en el mercado desde que lo crearan los colegios de arquitectos, ingenieros industriales e ingenieros de caminos allá por el año 91.
La mayoría de la población coruñesa desconoce que en su municipio existe una instalación de investigación tan potente pero el resto del mundo la tiene como referencia. Incluso opera habitualmente con las administraciones provincial y locales de Pontevedra y se vuelca en planes para Italia o Reino Unido, por señalar solo algunos ejemplos.
El director de Desarrollo de ITG, Juan Sobreira, trata de explicar de manera sencilla todos los palos que toca la plantilla pero no es fácil porque la diversificación ha sido clave. Como ejes transversales, fundamentales para el mantenimiento del resto de áreas, desarrollan comunicaciones y se esfuerzan por avanzar en la ingeniería de software. Eso les sirve después para pensar en estrategias energéticas, de construcción sostenible y de gestión del agua. “No nos limitamos”, cuentan cuando señalan el potencial de sistemas como el 4.0 o el big data –de captación incalculable de información sobre usuarios, clientes o servicios– para cuestiones muy dispares.

Las utilidades de los drones
En Pocomaco no disponen de un taller en donde se dé vida a los “cacharros” aunque en alguna ocasión sí les ha tocado imprimir en 3D carcasas para proteger detectores de datos que iban a ir al mar. Se centran, sobre todo, en el diseño de circuitos electrónicos o de programas que dirijan o mejoren la operatividad de herramientas para captar información u optimizar la eficiencia de infraestructuras como los edificios.
“El big data, el internet de las cosas y los aviones no tripulados se pueden aplicar a muchas cosas”, afirma Sobreira. Tanto es así que lo mismo se utilizan los drones para medir la calidad de las aguas que para revisar los usos del suelo con fin agropecuario. Antes de que se anunciara la creación de Unidad mixta de investigación de drones allí ya trabajaban con ellos, viéndolos como una herramienta para llegar a algo y no como un fin en sí.
A veces el mensaje técnico es complejo pero lo cierto es que las aplicaciones de muchas de las cuestiones en las que ha estado enfrascada esta institución privada (que funciona en un mayor porcentaje gracias a sus clientes) ya son tangibles o, al menos, identificables en la vida diaria de un ciudadano de a pie.
Por ejemplo, colaboraron con la empresa Ferrovial y el Sergas para “optimizar el coste del consumo energético garantizando la calidad de los servicios” asistenciales en el hospital de Ourense. En Baiona ya han ayudado a reducir el consumo del agua y han estado dentro de los proyectos de compañías como Ferroatlántica, Leche Celta o Sogama para aprovechar más los recursos durante los procesos productivos.
Entre los proyectos en pleno avance hay uno de nanotecnología con un partner italiano y se atrevieron a crear un sistema de emisión de información inmediata en las tablas de los surfistas que participaron en el campeonato del pasado verano en Pantín.
Con Augas de Galicia tienen un piloto en un pequeño embalse para “ir un paso más allá de lo que tenemos en la detección de la eutrofización del agua por nanotecnología” . Si a las presas se refiere hoy tienen la capacidad de medir cómo afectaría a las reservas la construcción de más promociones de vivienda o un crecimiento masivo del turismo..
Por si el currículum se quedara corto son una de las cinco entidades del mundo que tienen capacidad para otorgar la certificación Breeam a las edificaciones sostenible y todo al lado de casa. Con estas referencias no es de extrañar que a nivel energético desde Pocomaco se monitoricen “al día más de dos millones de datos” para el estudio.

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