Reportaje | Crecer creando juguetes que no se venden en grandes almacenes

Reportaje | Crecer creando juguetes que no se venden en grandes almacenes
El local está enfrente del colegio San Francisco Javier

Crecer Creando es el resultado de aliarse con el ingenio desde hace años cuando Ana y su hija Halima buscaron fórmulas para seguir despiertas. Alimentaron el conocimiento con juguetes inventados y usaron las matemáticas como base de divertimentos que no se compran en los grandes almacenes. Aunque Ana paseó esta forma de aprender durante un tiempo, desde este verano pilota el espacio, que está enfrente al colegio de San Francisco Javier, donde enseña a pensar y el reto pasa porque todo lo que uno se imagine, se haga realidad, en un proceso creativo lento, eso sí, pero estimulante.
Ana Rodríguez conduce a los pequeños por el mundo de las ideas, donde nada viene hecho. Ella les da las herramientas y los alumnos se las ingenian para darle forma a juguetes con los que afilar su mente: “Quiero que resuelvan problemas por si mismos”. Todo empezó cuando su hija buscaba libros de lógica con solo tres años, con seis acudió a su primera feria de matemáticas, y le “dijo que fue el mejor día de su vida”.
Para estimularla, llamó a la puerta de la señora imaginación y entre las dos fabricaron mecanismos para hacer de la materia basada en los números algo más que sumas y restas. De esta forma, en Crecer Creando, los niños de Matematízate juegan con las matemáticas, que “es la vida y se van enamorando de ellas con mucha diversión”. Esta actividad ya la probó en los colegios como parte de la asignatura y también a modo de opción “extraescolar”.
En la actualidad, solo la sigue dando en San Francisco Javier. Además, en el local hay otra alternativa en la que fomentan la artesanía y “crean juegos de madera, que llevan tiempo, yo les digo que hay que pararse porque igual tienen que estar lijando una hora”. A cambio, construyen juguetes para siempre. También está una tercera, “Ingenierías”, donde mastican nociones de electrónica y física y química, según, y un médico les orienta y les permite a través de la meditación concentrarse más y mejor en las tareas.
En Matematízate, cuenta Ana que son cerca de 50 pequeños desde los tres hasta los doce años, con los que acudirá a las ferias matemáticas como un día lo hizo con su pequeña para que sean ellos los que le expliquen al público cómo funcionan los juegos. De momento, llevan un trimestre de buenas experiencias. Coqueteando con la lógica y escribiendo sobre una pizarra matemática que es todo menos aburrida.

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