Reportaje | Un actor que ensaya, falla y, sobre todo, acierta

Reportaje | Un actor que ensaya, falla y, sobre todo, acierta
El joven compartió su experiencia en Vilaseco | quintana

A la pregunta de si se considera más inventor o diseñador, Rodrigo García contesta que artista multifacético, de los que miran la vida con la escala “objeto”. Más humano y sencillo porque se trata a veces de ir a lo de antes, sin tanta complicación, y mirar hacia delante. Dice el autor de la “gotella”, un envase que puede sustituir al plástico para contener agua, salsa o champú, que lo que más le inspira son “no tanto las formas”, sino los conceptos nuevos que ayer puso sobre la mesa en el ciclo 12 Miradas:: Riverside, de Coorporación Hijos de Rivera y el Laboratorio Creativo Vilaseco.
En la galería, el joven de 33 años compartió su experiencia e inventos porque “la gente tiene miedo a compartir ideas, como algo valioso que te pueden copiar, pero es todo lo contrario”. Porque hay mucho que cuestionar y que ver, Rodrigo cree que, en general, damos las cosas por hecho y “todo es cuestionable, hay que empatizar con los problemas, ponerte en la piel de otros”. Es por eso que Rodrigo es actor y probador. Falla y acierta. Depende: “La mayoría de las cosas no funcionan” y siguiendo al instinto, el proceso fluye.
A Rodrigo le gustan particularmente los momentos iniciales: “Soy más de starter que de finisher, me cuesta más el desarrollo y finalizarlo porque me sale la lengua, voy muy de flor en flor”. Ahora, Rodrigo y su equipo de diez, Skipping Rocks Lab, le dedican tiempo a darle forma a su Ooho!, que surgió hace tres años como la alternativa a la botella de plástico: “Trabajamos en la parte química, es una membrana de algas que no tiene sabor ni color, parecido a la celulosa”. También pensaron la maquinaria y el contexto, “dónde funcionaría mejor, si en maratones o conteniendo salsas”.
En marzo, se comercializará en supermercados de Reino Unido para extenderlo poco a poco: “No tiene sentido que una botella de plástico sea funcional menos de cinco minutos y que para el medio ambiente suponga 700 años”. La “Ooho!” se descompone mucho más rápido, algo así como una fruta. De ahí, el compromiso de cada uno.
Rodrigo explicó en su visita cómo además da clases en la Universidad de Londres y que parte de la receta de su ingenio está en haber viajado tanto. Y es que de Madrid, su coco recogió problemas en Chile, India, Suecia o Australia para enfrentarse a las ideas de dos formas: evolutiva, “por ejemplo de la botella cambiar el tapón” o revolutiva, que es partiendo de cero. Y al final, estas, “las ideas, son como un niño, van creciendo, necesitan tener a sus padres y su gente cerquita, pero poco a poco maduran y acaban teniendo vida propia”.

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