Regreso al origen con el autoempleo como bandera

El centro ya no es lo que era... es mejor. Quizá no mejor que antes de que la crisis se ensañase con el comercio y la hostelería, pero sí luce una chapa y pintura mejorada que hace un año parecía impensable. Las aperturas, que se han contado por decenas en lo que va de año, no cesan y parece que esta época dorada no ha hecho más que empezar.
Rey&Roque, La Fe Coruñesa, Eme, Valentín, Descorche, A Bola, Mamámala... son solo algunos de los nombres de negocios que han levantado la persiana en el último mes en la Zona Comercial Obelisco y los que quedan. Hay numerosos bajos cocinándose a fuego lento pero seguro. Entre ellos un Party Fiesta y Sanmar.
Con o sin él, no hay duda alguna de que el centro es otra vez reclamo para los negocios y ellos se debe a que los consumidores han vuelto a las calles que en su momento cambiaron por centros comerciales o incluso por el vecino Distrito Picasso.
Uno de los más felices ante tal novedad es el presidente de la Asociación Zona Comercial Obelisco, Antonio Amor, que ya había ideado mil y un reclamos para recuperar al público. “Las aperturas no paran; por ejemplo, San Nicolás ha pasado de ser una plaza muerta en la que solo había mendigos a estar llena de chavalada sentada en las escaleras”, presume.
En su opinión es “toda la ciudad” la que está reviviendo, pero reconoce que en el entorno se ha recuperado más el paseo porque la crisis lo ha fomentado.

meses de todo tipo
 “Las cuentas siguen igual, dando unos meses y otros no” pero lo más importante es que haya tiendas y cafeterías para que las calles estén llenas. “Parece que la gente está perdiendo el miedo y cada vez hay más personas que se atreven a apostar por el autoempleo”, destaca.
Incluso apunta más alto y aguarda que en el futuro algún emprendedor le sorprenda. La única pega es que muchos vecinos de la comarca no se acercan por la cuestión del aparcamiento, pero adelantados a su tiempo hace años que cuentan con tarjetas de descuento que la mayoría de la clientela no les demanda.  
También los empresarios son el espejo del buen momento que se vive. “Tenemos una cafetería en La Marina y decidimos expandirnos un poco hacia el picoteo”, comentan en Rey&Roque, una de las recién estrenadas apuestas de hostelería. De momento les va “bastante bien aunque es una época mala porque ya se han marchado los turistas”.
En el bar de la Galera, Reinaldo Arauz hace un análisis clavado de la situación sin siquiera despeinarse. Si alguien resultó menos vencido durante la recesión, esos fueron los mesones y taperías de la Barrera y la Estrella. Y de ahí salió la idea de apostar por esa calle.

la ubicación lógica
“La calle Real está resurgiendo y la Galera es la peatonal de paso entre zonas de bares así que todos empezamos a darnos cuenta de que se mueve mucha gente por aquí y comenzamos a abrir”, explica Arauz, pese a que la propietaria es Genma García. Ella lo vio claro y no se arrepienten porque, dicen, otro amigo está “buscando un local como loco y por aquí y ya no lo encuentra”.
Igual de contentos están los nuevos regentes de La Fe Coruñesa, que ha reabierto con fuerzas para rato. “Queríamos ponernos por nuestra cuenta porque trabajaba en la construcción y como aquí está agotada tenía que irme para fuera”, cuenta José Manuel Vilar, que junto a su mujer María Isabel Maiura eligió quedarse.
Su intención era montar algo relacionado con la alimentación y después de un año de búsqueda dieron con un local del que les encantó “la ubicación” al pie de María Pita. “Es una buena zona, de mucho tránsito”, por lo que la gente que se había despedido con tristeza de la antigua tienda delicatessen ya comienza a reintegrar el alto en el camino para comprar los mejores productos.
Y como hay para todos, también se han inaugurado propuestas de moda como EME, que ya cuenta con dos bajos en A Coruña. Ellos también se marcharon a la Galera por el tránsito continuo de personas.