La reducción de margen del radar causa una ola de denuncias en Alfonso Molina

La reducción de margen del radar causa una ola de denuncias en Alfonso Molina
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La avenida de Alfonso Molina se está convirtiendo en un coto de pesca para los conductores más despistados de entre los que circulan cada día por la principal vía de entrada y salida de la ciudad. Muchos no se han enterado de los últimos cambios en la aplicación del reglamento de seguridad vial, y solo descubren sus consecuencias cuando abren el sobre remitido por la DGT: desde julio los radares multan a los conductores que superan en solo ocho kilómetros el límite de velocidad y no en más de 20, como se hacía hasta ahora. Este cambio, combinado con el hecho de que cada día circulan por la avenida 120.000 vehículos, ha provocado una avalancha de multas entre los sobresaltados coruñeses. Se sospecha que han sido cientos los multados solo en este mes.
Desde la Unión de Guardias Civiles (UniónGC) denuncian lo que consideran una medida de “carácter recaudatorio”. “Nosotros estamos a favor de los radares como forma de prevenir los accidentes y no bajar el margen únicamente para obtener una mayor recaudación”. Precisamente en Alfonso Molina se dan los dos casos: el de un radar bien situado y el otro, instalado únicamente por motivos recaudatorios, según la asociación del Instituto Armado. El primero se encuentra en dirección salida a la altura de Palavea. Instalado hace años, cuando el lugar era un punto negro en el que se habían registrado varios accidentes mortales debido al exceso de velocidad, ha servido para evitar nuevas tragedias.
Y justo al otro lado, en dirección entrada, se halla el nuevo radar instalado a la misma altura en noviembre de 2012 después de varios alcances y salidas de vía en las que no hubo que lamentar fallecidos. Los estudios de la Guardia Civil de Tráfico determinaron que los siniestros que se producían en ese punto estaban causadas por un exceso de velocidad y captaron algunos vehículos circulando a más de 130 kilómetros por hora en una zona de 80. Pero casi dos años después, basta circular a más de 88 kilómetros por hora para ser multado con 100 euros.
 
A pasaxe
Algo semejante ocurre al otro lado del puente de A Pasaxe. Expertos en tráfico consultados señalan que el puente de A Pasaxe esta mal señalizado, porque se pasa del límite de 80 al de 50 sin ir bajando de diez en diez, como establece la normativa vial. Y si el conductor no modera la velocidad se encuentra en el desvío a Perillo un nuevo radar, que detecta a cualquiera que viaje a más de 58 kilómetros por hora. El problema es que el cambio brusco de la velocidad favorece los alcances cuando el conductor pisa el freno, sucesos que son frecuentes y que se producen siempre en dirección hacia Oleiros en el paso elevado que permite pasar la rotonda o inmediatamente después.
Por eso para UniónGC la razón tras el cambio de la normativa está clara. No se trata de solucionar verdaderos problemas de tráfico: “Lo que entendemos que ocurre es que cada vez más la gente reduce la velocidad y ya no se recauda lo mismo, así que han tenido que bajar el margen para poder seguir haciéndolo”.

La reducción de margen del radar causa una ola de denuncias en Alfonso Molina

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