“Si rechazas lo que te está llamando por una cuestión formal la canción pierde emoción”

“Si rechazas lo que te está llamando por una cuestión formal la canción pierde emoción”

Como un fantasma, porque está en su teórico año de retiro de los escenarios, y  con un repertorio que aún no es, porque no está terminado ni grabado, Coque Malla se presentará el martes ante los coruñeses con la emoción por bandera. Como en todo lo que hace en el mundo de la música. Con el castillo de San Antón como telón de fondo, hará sonar temas nuevos y grandes éxitos a partir de las diez y media de la noche.

Llega con la Gira Fantasma. ¿Qué va a sonar? 
Es una larga historia. Hace tiempo decidí que todo este año y parte del anterior iba a desaparecer; iba a dejar de tocar y me iba a dedicar en parte a descansar y en parte a preparar el siguiente disco, que saldrá en febrero, y que es bastante complejo, con muchos arreglos de cuerdas y con composiciones un poco más complejas desde el punto de vista armónico. Algunas canciones exploran terrenos que nunca había explorado y quería hacer el disco con mucha calma y hacerlo bien desde la base, casi desde la composición. Lo que pasa es que nos dimos cuenta de que era demasiado tiempo y a mí me apetecía tocar y no desaparecer del todo. Se me ocurrió la idea de tocar las canciones nuevas antes de grabarlas y someterlas al juicio del público. Estaba seguro, como así ha sido, de que la reacción de la gente al oír esas canciones antes de los arreglos iba a influir en el disco. Esto se hizo en un contexto de un ciclo de conciertos con muy poca gente, que eran los superfans. 

¿Cómo está siendo la acogida de esas canciones nuevas?
De momento, buenísima. En estos conciertos se notaba que eran los super superfans. Ahora hay que convencer a los que no son tan fans.
El público de A Coruña será variado. ¿Combinará canciones nuevas con éxitos? 
Claro. En el contexto del castillo iré combinando canciones nuevas con anteriores. Pero el disco está sin terminar, así que el concepto de la gira sigue vigente.

Hace tiempo dijo que teniendo estabilidad emocional quizá tendría que componer como observador. ¿Ha sido así?
No. Me cuesta muchísimo. Cuando escribo no puedo evitar mirar hacia adentro. La mayoría son historias de amor o desamor o incomprensión amorosa. El instinto me lleva ahí y no lo puedo evitar. Si rechazas lo que te está llamando por una cuestión formal la canción pierde emoción.

¿Cuando compone se plantea en qué tipo de escenario va a tocar las canciones? 
No, es un proceso muy privado el de componer las canciones. Luego en el proceso de gira sí que te lo planteas, pero para componer, no. Es un proceso privado, íntimo, en el que no tienes que pensar y menos en la sala en la que vas a tocar.

¿Nota en el panorama musical un aumento del interés por los conciertos?
Eso se dice como para consolarnos de la debacle que ha sido la venta de discos, pero no estoy seguro de que podamos ser tan optimistas. Yo no me puedo quejar, estoy en un sitio razonablemente privilegiado, pero hay mucha gente, incluso reconocida con una larga carrera, que lo pasa mal. Creo que deberíamos mirar a países de fuera y aprender alguna cosa. En Latinoamérica la gente devora ansiosamente música, conciertos, libros, revistas, se interesa, busca las letras... Aquí gente con ese espíritu hay bastante menos. Y es el público el que hace que la industria sea grande.

Desde su etapa con Los Ronaldos han cambiado muchas cosas, ¿echa algo de menos de esa época?
No. No por nada, fue maravillosa, pero echar de menos no es muy útil. Estoy viviendo un momento estupendo y hay una cosa que diferencia mucho la época con Los Ronaldos de lo que hago ahora y es la variedad de las cosas que hago. Variedad de formatos, de proyectos... Y eso no lo cambiaría. Creo que si volviese a lo de antes echaría de menos lo de ahora.

Ha hecho un disco de canciones de Rubén Blades, un homenaje a Lou Reed... ¿En la música hace lo que le pide el cuerpo?
Absolutamente. El problema es que me pide demasiadas cosas (ríe). Voy metiéndome en proyectos por puro instinto y por pura llamada de la emoción que me producen las cosas.

Lo que no le ha vuelto a pedir el cuerpo es hacer cine...
De vez en cuando hay propuestas, pero tiene que ser algo que a mí me rompa por la mitad en el sentido emocional para que deje un hueco. El cine es una profesión y hay que dedicarlo todo, no puedes estar a medias; tienes que dedicarle el alma y eso se la dedico a la música.

“Si rechazas lo que te está llamando por una cuestión formal la canción pierde emoción”

Te puede interesar