Ray Loriga | “Uno nunca acaba de ser el escritor que es”

Ray Loriga | “Uno nunca acaba  de ser el escritor que es”

El escritor Ray Loriga hace entrevistas desde que se levanta hasta que se acuesta. Es lo que tiene ganar el premio Alfaguara 2017. Se subió al podio con 50 y hoy viene a hablar de la novela culpable en Encuentros con escritores, que comenzará a las 18.30 horas en la UNED. En “Rendición”, Ray reflexiona sobre “quienes somos cuando cambian los decorados”. 
El madrileño hace protagonista a una pareja siria, obligada a salir de su casa por una guerra de la que poco se sabe, con un niño en brazos adoptado y hacia un destino incierto, “la ciudad transparente”, que es una metáfora de la sociedad actual: “Ella viene de una cultura y una posición superiores y él, aprende de ella. Cogen un niño que encuentran perdido en un bosque y se tienen que trasladar”. 
Sin embargo, no cogen las maletas como los refugiados a un campo hostil. Emigran “ a un futuro mejor, una metáfora del mundo en que vivimos donde mostramos nuestras intenciones, nuestra ideas y no ideas, toda la parte más superficial por el mero hecho de enseñarlo”. 
Para perfiles como el de Loriga que pisó esta y la anterior vida, sin teléfonos móviles, el novelista señala que “antes teníamos momentos más íntimos y de soledad, no es que escondieses nada, pero no estabas obligado a contarlo”. 
Lejos de juzgar la forma actual de caminar, se incluye porque no está por encima de nadie ni de nada aunque intuye que sus efectos, que en principio no parecían importantes, están provocando en algunos cierta angustia, viendo que el juicio de los demás  es muy importante como el ser excluidos de un grupo: “Parece una vida de colegial”. 
En gran medida, tacha a la sociedad de inmadura por eso de que “la opción de un grupo te afecte tanto”. Y entre tanto, deja entrar al humor, que siempre está en sus libros y en la vida. Con él y su manera de trabajar, donde ninguna criatura sale parecida a otra, y que va perfilando, “es como el mármol, lo intuyes y le vas dando con el martillo y el cincel hasta que sale la figura”. 
Loriga intenta ser diferente en cada relato, aunque recuerda que “uno nunca acaba de ser el escritor que es”. Hace lo que le apetece y en cosa de dos años, escribe un punto y final más a su carrera. “Rendición”, dice, es ceder ante una causa superior, nada que ver con “derrota”, “que es morir luchando”. Es una palabra más épica. Loriga no es “negativista”. Siempre ha sido difícil Ni mejor ni peor. Simplemente, lo asume. Y el mundo va moviéndose a través del ensayo-error. l

Ray Loriga | “Uno nunca acaba de ser el escritor que es”

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