Quitándole etiquetas a la gran Rosalía

Porque Rosalía casa con “llorona” en la cabeza de muchas personas, Marina Chiavegatto y Millán Castro quisieron darle una vuelta de tuerca a la imagen de la escritora. Para que la autora de “Cantares Gallegos” diese un golpe sobre la mesa y atrajese a los más jóvenes, la pareja quiso juntar en una cinta unos cuantos motivos que sitúan a la de Padrón en el lado de los luchadores. Hoy lo presentan a las 18.00 horas en el CGAI. Se titula “I ante aquel silencio mudo” y pretende ser imán de los estudiantes. Que rechazan a la poeta por el simple hecho de que viene impuesta.
Procedentes los dos del mundo audiovisual, cayeron en la cuenta de que nadie mejor que ellos podía tocar la fibra a los que manejan las tabletas con soltura y no aguantan más de un minuto atrapados viendo un vídeo si no les engancha. Y es que para evitar que los espectadores dijesen “a otra cosa, mariposa”, la cinta de Millán y Marina da un giro cada dos minutos: “Intentamos que fuera muy potente visualmente”.
Así es que la estética y el movimiento de las secuencias invitan a seguir mirando el documental donde los directores van insertando poemas a través de personas de la calle. Estudiantes, escritores y una voz, la de Begoña Lorenzo, que viene de presentar junto a Tempo Catro el proyecto “Os ollos que falan”.
Para que el montaje cogiera forma, contactaron con la Asociación Socio-Pedagóxica Galega (ASPG), que produce la cinta y que les facilitó una vía para introducirla en los colegios, que es el principal objetivo: “A Millán siempre le produjo rechazo Rosalía por eso de que era una lectura obligatoria así que pensamos que no bastaba con quejarse. Había que hacer algo”.
En este sentido, Marina asegura realizar una labor social con la propuesta porque solo así se pueden cambiar las cosas. De esta forma, lejos de presentar un documental plano e interminable como los que ponían en clase, Marina y Millán condensan el mensaje en 25 minutos. Sin caer en la pedantería, pero con el testimonio de los expertos en Rosalía, Pilar García-Negro y Paco Rodríguez, la misiva se completa. De un trabajo que ocupa un hueco que faltaba.
Así se lo hicieron ver los especialistas en la materia cuando les comentaron la idea. “I ante aquel silencio mudo” desnuda a la verdadera Rosalía. Le quita las etiquetas que tanto le pesan y la presenta en bandeja, arropada por los valores que la colocan entre los que mantuvieron vivo a la cultura y la lengua gallegas. Después del estreno, la producción se hilará como complemento a las clases. Para hacer del granito de arena de Millán y Marina una bola con el tiempo. Antes, el CGAI lo proyectará al público general. En un acto, donde Javier Cedrón, de Tempo Catro, tocará una piezas. La entrada es libre.